viernes, 9 de enero de 2015

HISTORIA APOSTÓLICA POSTERIOR

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Historia apostólica posterior


I. HISTORIA POSTERIOR DE PABLO
1. Su liberación; historia subsiguiente. El que Pablo fuera liberado de su primer encarcelamiento romano, es algo que está implícito en la confianza que él tenía de que así sería (Filipenses 1.25–26; 2.24; Filemón 22), y que se confirma con las alusiones a incidentes y viajes que no encajan en su historia anterior, y por la tradición universal.
Concluimos, por medio de 1 Timoteo y Tito, que él visitó Éfeso nuevamente, que hizo una gira a Creta, y otra visita a Macedonia y Grecia. Durante este tiempo escribió su primera epístola a Timoteo, y la Epístola a Tito

2. Su último encarcelamiento y martirio. Pablo había sido liberado en el 63 d.C. El gran incendio de Roma ocurrió al año siguiente. Para desviar las sospechas de sí mismo, el emperador Nerón acusó a los cristianos, y comenzó la primera persecución imperial. Pablo, alejado de Roma, continuó sus labores por un tiempo; pero por fin, fue arrestado y traído de nuevo a Roma. Es muy probable que fuera acusado de instigar el incendio. Su segundo encarcelamiento fue mucho más severo que el primero. Desde su prisión, esperando un martirio pronto, escribió su última epístola —la segunda a Timoteo. Lo que más probó su corazón fue la ausencia, en algunos la deserción, de antiguos amigos. Lucas permaneció con él hasta el final. La última luz que las Escrituras arrojan sobre el anciano apóstol, es de cuando escribe el último capítulo de la segunda de Timoteo; pero, según cierta tradición que merece credibilidad, Pablo fue condenado y sufrió el martirio cerca del 68 d.C. La ciudadanía romana de Pablo lo debía haber eximido de la muerte que rondaba y que tan a menudo fue infligida a los cristianos. Es probable que fuera decapitado fuera de las murallas de Roma. Así fue como cayó el gran apóstol de los gentiles, cuya vida y escritos constituyen el más rico legado que hombre alguno haya dejado a la posteridad.

II. HISTORIA POSTERIOR DE OTROS APÓSTOLES
1. Último vislumbre de Pedro. La referencia más posterior que se hace en Hechos, de Pedro, es la del concilio apostólico (Hechos 15.7–11). Pablo, en su epístola a los Gálatas, escrita unos seis años después, se refiere a la simulación de Pedro en Antioquía (Gálatas 2.9– 14). Es probable que el incidente ocurriera poco después del concilio, y antes de la segunda gira misionera de Pablo. Ésta es la última alusión histórica de Pedro que se encuentra en el Nuevo Testamento. Pero nos han llegado dos de sus epístolas. La primera fue escrita desde Babilonia, el cual es probablemente un término figurado para referirse a Roma, y está dirigida a los cristianos de Asia Menor (1 Pedro 1.1; 5.13). Las referencias hechas a Silas y a Marcos, llevan a la probable conclusión de que fuera escrita entre el primero y el segundo encarcelamientos de Pablo en Roma. La segunda epístola muestra que estaba familiarizado con las epístolas de Pablo (2 Pedro 3.15–16) y que Pedro esperaba ser martirizado (2 Pedro 1.13–15; cf. Juan 21.18–19). Según los escritos de autores cristianos primitivos, este esperado acontecimiento se realizó en Roma poco después de la muerte de Pablo. Pedro no gozaba de los derechos de la ciudadanía romana, y por lo tanto, sufrió de la misma forma que su Maestro, en una cruz. Si lo que cuenta la tradición es digno de confianza, como se consideraba que no era digno de sufrir de la misma forma que su maestro, rogó que se le crucificara con la cabeza hacia abajo.

2. Vida posterior de Juan. Juan se sale de la historia de los Hechos, muy cerca del comienzo de éstos. La última vez que se le menciona es en conexión con la obra de Felipe en Samaria (Hechos 8.14, 25). No se le menciona en Hechos, en relación con el concilio (Hechos 15); pero Pablo (Gálatas 2.9) se refiere a él en esa conexión. Aunque Juan no figura en forma prominente en la obra de evangelización, sus escritos, después de los de Pablo, son los más importantes entre los de cualquiera de los apóstoles. El último evangelio, tres epístolas y el libro de Apocalipsis son de su pluma. Es probable que sus últimos años los pasara en Asia Menor, siendo Éfeso el centro de operaciones. Fue desterrado por un año a la isla de Patmos (Apocalipsis 1.9), lugar en el cual escribió el libro de Apocalipsis. Vivió hasta el reinado de Trajano (98–117 d.C.), y murió cerca del final del siglo, siendo tal vez, el único apóstol que no selló su fe con sangre.

3. Los otros apóstoles —Conclusión. Como ya lo hemos visto (Hechos 12.1–2), Santiago, el hermano de Juan, cayó como mártir desde el inicio. No hay certeza de que el Nuevo Testamento relate cualquier otra cosa de los demás apóstoles. Hay dos epístolas más, Santiago y Judas. La identidad de los autores de éstas es una de las cuestiones no resueltas, aunque hay opiniones que favorecen cada vez más a los hermanos de Jesús. La tradición asocia a los diferentes apóstoles con diferentes tierras, y relata el martirio de todos, excepto del de Juan. La oscuridad que se cierne sobre las últimas labores de todos, aun del más grande de los apóstoles, tiene un profundo significado. En la historia apostólica, el componente personal ocupa un rango subordinado. Hay cierta medida de interés que se centra alrededor de los hombres; pero el interés supremo se centra en la obra y en los círculos, cada vez más amplios de ésta. En la historia del evangelio, por el contrario, el elemento personal es el que predomina. El interés se centra en una persona. Cristo mismo es siempre más grande que cualquier palabra u obra suya. No se permite que incertidumbre alguna se cierna sobre su salida de esta tierra. Él es la piedra angular del arco —no sólo de los evangelios, ni del Nuevo Testamento, sino de la Biblia en su totalidad. Sin él toda la tela se deterioraría más allá de toda esperanza; con él, ésta permanece en toda su belleza duradera y sin par.

De los escritos de Pablo

Pablo el siervo fue…
… apartado Ro. 1.1
… siervo Ro. 1.9
… salvo Ro. 1.16
Pablo nos dice cómo dar
… de la pobreza 2 Co. 8.2
… generosamente 2 Co. 8.3
… con voluntad 2 Co. 9.7
… proporcionalmente 2 Co. 8.12–14
… con alegría 2.Co. 9.7
… abundantemente 2.Co. 9.6

Pablo dice que hay que estar firmes…
… en la fe 1 Co. 16.13
… en la libertad Gá. 5.1
... en el espirítu Fil. 1.27
… en el Señor Fil. 4.1

 Pablo menciona los frutos del Espíritu
Hacia Dios —Amor, gozo, paz
Hacia los demás —paciencia, benignidad,
Bondad
Hacia mí mismo —fe, mansedumbre,
Templanza Gá. 5.22–23

Pablo dice que “en él [Cristo] estamos…”
Andando con él Col. 2.6
Arraigados en él Col. 2.7
Sobreedificados en él Col. 2.7
Completos en él Col. 2.10
Muertos con él Col. 2.20
Resucitados con él Col. 3.1
Escondidos con él Col. 3.3

Pablo urge a los cristianos a…
Ser leales a él [a Cristo] 2 Ts. 2.15
Evangelizar el mundo 2 Ts. 3.1
Orar por sus siervos 2 Ts. 3.1–2
Esperarlo con paciencia 2 Ts. 3.5
Vivir una vida santa 2 Ts. 3.6-14

Pablo habla de “buenas obras” en Tito
Un ejemplo de buenas obras Tit. 2.7
Celosos de buenas obras Tit. 2.14
Dispuestos a toda buena obra Tit. 3.1
Ocuparse en buenas obras Tit. 3.8
Ocuparse en buenas obras
Para los casos de


Necesidad Tit. 3.14


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