Lección 5—Restauración
y recompensa
de Israel
y recompensa
de Israel
Daniel 9.1–27
A
todo el mundo le gusta un buen misterio. El estimulo de lo incierto nos
mantiene observando o leyendo. ¡Queremos descubrir cómo se resolverá el
conflicto, cómo los detalles encajan en su lugar y cómo terminará todo!
En la
ancianidad de Daniel, él estudiaba las Escrituras y buscaba al Señor para
descubrir cuándo concluiría la cautividad de los judíos en Babilonia. Anhelaba
el cumplimiento de las promesas de la gracia de Dios a Israel. El recuento que
se nos da en el capítulo nueve revela el destino y calendario de Dios para la
restauración de los judíos y Jerusalén.
De la
profecía de Jeremías, quien profetizó a los judíos en Jerusalén antes y durante
las deportaciones, Daniel observó que las «desolaciones de Jerusalén» durarían
un total de setenta años (Jer 25.11; 29.10–14). Daniel se dio cuenta de que se
acercaba a la culminación de este período profético.
Más
adelante en este capítulo, un mensajero angélico reveló otro misterio: después
de una serie de secuencias de otros «setenta sietes» el Mesías de Israel
establecería el Reino de Dios. En ese tiempo las misteriosas visiones recibidas
acerca del futuro, a las que a menudo se refiere como los «tiempos de los
gentiles», se resolverán y cumplirán.
Oración
de Daniel por su pueblo
Daniel 9.1–19
Daniel 9.1–19
Daniel
empezó su exilio en el 605 a .C.,
como un adolescente, primero sirviendo en la corte del rey Nabucodonosor.
Continuó sirviendo después que el Imperio Babilónico cayó ante los medos y los
persas. Ahora, en el 538 a .C.,
durante el gran gobierno del rey medopersa Ciro, se nos dice que Darío «vino a
ser rey sobre el reino de los caldeos» (Dn 9.1). Daniel, después de casi
setenta años en el exilio, continuaba sirviendo como asesor en la corte.
Fe viva
El estudio de la profecía de Jeremías estimuló a Daniel a orar. Para
el cristiano consciente, la profecía no es ni un escapismo ni una distracción
del ministerio presente. Es más bien una motivación elevada y santa para el
presente. Dios el Padre, Juez del cielo y de la tierra, nos llama a santidad,
para que podamos escapar de la ira que vendrá (1 Ts 1.9–10). Una comprensión
sensible de la profecía estimula el arrepentimiento personal e intercesión por
otros.
¿Cómo mostró Daniel
sinceridad y tristeza piadosa al interceder ante Dios por sus hermanos
rebeldes? (y. 3)
Compare las acciones
de Daniel con las de Jacob y Job en Génesis 37.31–35 y Job 42.5–6.
¿Cómo el ayuno y la
oración son respuestas apropiadas a la profecía?
¿Cómo reconoció
Daniel la justicia de Dios y el pecado de Israel?
¿A qué atribuía
Daniel que su pueblo estuviera en el exilio? (Dn 9.11)
De acuerdo a la Ley de Moisés (Lv 25.1–5),
¿qué debía ocurrir en Israel cada siete años?
Según Levítico
26.33–35 este mandamiento se desobedeció y ahora había que pagar las
consecuencias. ¿Cuánto tiempo tendrían los judíos que permanecer exiliados en
tierra extranjera?
La
cautividad babilónica no fue una casualidad histórica. Más bien fue un período
soberanamente forzoso para que la tierra gozara de «sus días de reposo» (Lv
26.34). Fue para compensar la larga violación del sabat del Señor.
En Deuteronomio
30.1–3, 10, ¿qué les dijo Dios a los judíos que tenían que hacer para que se
les permitiera regresar a la tierra de Israel?
En
Daniel 9.16–19 el profeta presentó su petición a Dios:
¿Quién era oprobio
entre el pueblo?
¿Quién era conocido
como misericordioso?
¿De quién era la
reputación que estaba en juego?
Daniel 9.20–27
En
respuesta a la oración penitente y ayuno de Daniel, Dios envió a su arcángel
Gabriel, dándole a Daniel una respuesta enigmática que es uno de los pasajes
proféticos más difíciles de las Escrituras. Algunos de los sucesos que se
predicen se han cumplido con exactitud literal y otros, que aún no se han
cumplido, proveen el marco para el tiempo del fin.
Entre bastidores
La profecía de Gabriel es sobre la venida y
crucifixión de Cristo, cuando pondría fin a las transgresiones y reconciliaría
al hombre con Dios. Pero su reino de «justicia perdurable» no ha venido con
pleno poder y aún no se ha ungido al «Santo de los santos».
Los profetas del Antiguo Testamento no vieron el doble cumplimiento de
la venida del Mesías (Ef 3.3–7). Cuando Jesús leyó las Escrituras en la
sinagoga en su pueblo de Nazaret, se detuvo a mitad de la sección seleccionada
de Isaías (Is 61)., y dijo: «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de
vosotros» (Lc 4.16–21). No leyó el pasaje completo, porque sólo la primera
mitad está relacionada con su primera venida. El «día de venganza» (Is 61.2b)
pertenece a su Segunda Venida.
¿Cuántos períodos de
semanas (literalmente «sietes») están determinados para el pueblo de Daniel y
la santa ciudad de Jerusalén? (9.24)
Sondeo a profundidad
La siguiente tabla de The Believer’s Study Bible
[La Biblia de
estudio del creyente] muestra una comprensión dispensacional de las sete]
muestra una comprensión dispensacional de las setena semanas de Daniel:
Sin embargo, los que estudian el método clásico (no
dispensacional) a la interpretación profética, no ven el valor literal
expresado en la frase «setenta semanas», como refiriéndose precisamente a 490
años. Los que se adhieren a esto notan que en ninguna parte se dice que las
«semanas» (literalmente «sietes») sean años. En lugar de eso, tales estudiantes
comprenden el uso de Daniel del término «setenta semanas» más o menos como
comprenden el uso de Jesús de «setenta veces siete» cuando instruye a Pedro a
perdonar sin medida (Mt 18.21–22). Es evidente que la intención de Jesús era
que Pedro perdonara generosamente, sin pensar en llevar un conteo de las veces
que ha perdonado, sólo para negarse a perdonar la ofensa #491. Los que
sostienen el punto de vista clásico de la profecía ven el uso de Daniel de las
«setenta semanas» en forma similar, como refiriéndose a un período muy largo,
indefinido, en el cual se castiga a Israel por sus transgresiones. En cualquier
caso, sin embargo:
¿Cuáles son los seis propósitos principales que se indican para este
período? (Dn 9.24)
¿Cuándo empieza a marcar el reloj profético de Dios? (Véase y. 25.)
De un vistazo
El retorno del exillo. Cuando el persa Ciro capturó Babilonia en el
539 a .C.,
quedó despejado el camino para que Judá iniciara el retorno a su tierra natal.
Dos grandes expediciones se pusieron en marcha, una en el 537 a .C. y otra en el 458 a .C.
¿Por qué el
mensajero de Dios dividió la semana sesenta y nueve en dos partes? (Dn 9.24–27)
Los
setenta sietes se dividen en tres secciones: siete, sesenta y dos, y uno. La
primera sección de sietes se debía contar desde el tiempo que se diera el
decreto «para restaurar y edificar Jerusalén». Esto se piensa que lo llevó a
cabo el gobernante medopersa Artajerjes Longímano (véase Neh 2.5) el 14 de
marzo de 445 a .C.
Los
que usan esta fecha creen que las sesenta y nueve semanas completas llegaron a
su fin cuando Cristo hizo su entrada triunfal en Jerusalén como el Mesías de
Israel en el Domingo de Ramos (Sal 118.22–26; Lc 19.28–44; Ro 8.22–23; Zac
9.9). Cuatrocientos ochenta y tres años proféticos de 360 días cada uno son
igual a 173,880 días. Sir Robert Anderson calculó que esto era exactamente
el período entre el 14 de marzo de 445 a . C. y el 6 de abril de 32 d.C., contando
el período entre 1 a .C.
y 1 d.C. como un año. Esta fecha habría sido el Domingo de Ramos, cuando Jesús
fue rechazado como el Mesías por el Israel nacional. ¡Asombroso!
Otros
ven que el ciclo de las sesenta y dos semanas comienza en 457 a .C. y concluye 483 años
más tarde cuando Juan bautizó a Jesús en el río Jordán (véase Lc 3.22–23).
Sugieren que puesto que Jesús recibió este «ungimiento» con el Espíritu Santo
en ese momento y empezó a «predicar el evangelio del reino de Dios y decir: El
tiempo se ha cumplido», que fue allí que Dios le reconoció como el «Mesías» y
el ungido.
Riqueza literaria
Mesías, mashiach;
Strong #4899: El Ungido. Esta palabra, mashiach, aparece 39 veces en el Antiguo Testamento y
proviene del verbo mashach,
que significa: «Ungir» o «consagrar a una persona con el santo aceite de la
unción». Mashiach
describe al sumo sacerdote (Lv 4.3, 16) y a reyes ungidos, tales como Saúl (2 S
1.14) y David (2 S 19.21; Sal 18.50). En los Salmos y en Daniel, mashiach designa particularmente al heredero ungido de
David, el rey de Israel y gobernante de todas las naciones (véanse Sal 2.2;
28.8; Dn 9.25, 26). Cuando los primeros seguidores de Jesús se referían a Él,
le llamaban Jesús el Mesías, o en hebreo, Yeshua ha-Mashiach. «Mesías» o «Ungido» equivale a Christos en griego; de ahí surge la forma castellana
«Cristo». Siempre que al Señor se le da el nombre de «Jesucristo», se le está
llamando: «Jesús, el Mesías».
La
profecía decía que al Mesías, que se puede traducir el «Ungido», se le quitaría
la vida abruptamente sin recibir su parte del Reino (Dn 9.26). Los primeros 483
años de la profecía de Daniel culminaron con la crucifixión del Señor
Jesucristo en Jerusalén, la «ciudad de nuestro Dios».
Nuestro
Señor, desde el mismo principio de su existencia terrenal, estuvo estrechamente
ligado a Jerusalén y al templo allí. Se narra que visitó siete veces la ciudad
capital, cada una con especial interés en el templo.
Entre bastidores
«Cinco templos son importantes en la historia judía: 1. El templo
de Salomón (c. 1000 a .C.),
símbolo del pasado glorioso de Israel; 2. el templo de Zorobabel (c. 536 a .C.), una estructura muy
inferior construida por los judíos a su regreso del cautiverio babilónico; 3.
el templo de Herodes, comenzado alrededor del 19 a .C., se construyó para
reemplazar el edificio de Zorobabel. Era un edificio magnífico en el servicio
de la época de Jesús, pero Tito lo destruyó en el 70 d.C.; 4. el templo del
anticristo, construido bien sea antes o durante la primera parte de los
tres años y medio de la tribulación, pero que será destruido por el terremoto
final antes de que Jesús vuelva; 5. el templo de Jesucristo, edificado
al principio del reinado milenial de Jesús sobre la tierra».
De acuerdo a Daniel
9.25, ¿cuántas semanas deben pasar desde el tiempo del decreto para restaurar y
edificar Jerusalén hasta la venida del Mesías?
¿Cuáles dos rasgos
menciona Daniel 9.26 que ocurren después de la semana sesenta y nueve?
¿Cómo da
cumplimiento la destrucción de la ciudad y del templo por Tito en el 70 d.C. a
esta fase de la profecía?
Compare el «príncipe
que ha de venir» con la bestia del mar en Daniel 8 y el «cuerno pequeño» de
7.8.
Información adicional
A este período final de siete años en las setenta
semanas de Daniel los intérpretes futuristas comúnmente lo conocen como la
«Gran Tribulación» debido al sufrimiento y rigurosa prueba que soportarán los
que vivan en la tierra en ese tiempo. Los intérpretes clásicos, sin embargo,
ven el cumplimiento inicial de las secciones proféticas de Daniel en sucesos
históricos pasados, con el cumplimiento final de muchas profecías a
experimentarse al final de esta era.
Los futuristas proyectan este período final de los
«tiempos de los gentiles» diciendo que empiezan cuando el anticristo haga un
pacto para proteger a Israel por un período de siete años (Is 28.14–17). La
primera mitad de ese tiempo (42 meses; Ap 13.1–5) los judíos la conocerán como «principio
de dolores» (Mt 24.8). Se caracterizará por la conquista, guerra, hambruna,
persecución y muerte (Mt 24.6–12; Ap 6.1–8), conforme el anticristo reúne una
coalición de naciones bajo su poder y persuasión (Ap 13.3–5).
Sin embargo, en medio de la septuagésima semana de
Daniel (después de 31/2 años), el anticristo cambiará su posición hacia los
judíos y exigirá que lo adoren. Esta es la «abominación desoladora» a la cual
se refieren Daniel y Pablo (Dn 9.27; 2 Ts 2.2–4). Le sigue un período conocido
como la «Gran Tribulación» (Mt 24.21, 29; Mc 13.19, 24; Ap 7.14). Incluirá la
profanación del templo, gran persecución a Israel y los juicios más severos del
período de la tribulación al derramar Dios su ira (Ap 6.17).
El período final de siete años concluye «después de la tribulación de
aquellos días» con la
Segunda Venida de Jesús, el Mesías (Mt 24.29–31; Ap
19.11–21). A continuación, Jesús establecerá su Reino y regirá con sus santos
sobre la tierra durante mil años (Ap 20.4–6), y luego por toda la eternidad con
un nuevo cielo, una nüeva tierra y una nueva Jerusalén (Ap 21).
Fe viva
Independientemente de cuál método de aproximación a
la profecía nos convenza más, ¿qué diferencia debería hacer en nuestras vidas
este estudio de la profecía de los últimos tiempos? ¿Cómo deberíamos vivir
mientras esperamos la venida de nuestro Señor?
Romanos 13.11–14 enfatiza una elevada norma de
conducta moral, especialmente en vista a la cercanía del regreso de Cristo. Lea
este pasaje y luego comente sobre los dos llamamientos a la excelencia moral
que hace Pablo, uno que lo indica de manera positiva (algo que debemos hacer) y
otro de forma negativa (algo que no debemos hacer).
El positivo:
El negativo:
Para cada uno, indique al respecto cómo es su vida ahora:
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