Lección 7—Las cartas a las
siete iglesias
siete iglesias
Apocalipsis 1.1–3.22
¿Qué
ocurrirá en los años finales de la historia mundial?
Dios
es el único que tiene una respuesta para tal pregunta. La humanidad puede
conocer lo que le aguarda en el futuro sólo si Dios decide revelar o «quitar el
velo» de las respuestas.
El
libro de Apocalipsis es este «quitar el velo» de sabiduría sobrenatural y
destino. Es típicamente apocalíptico (griego: apokalupsis, significando «develamiento» o «quitar el
velo») en forma, conteniendo mucha descripción figurada, con una abundancia de
simbolismo y profecías respecto al futuro. Lo que el libro de Daniel es al
Antiguo Testamento, Apocalipsis lo es al Nuevo Testamento.
Información adicional
Lea todo el libro de Apocalipsis de una sola sentada.
Sólo lleva una hora. No trate de analizar cada detalle la primera vez, sino de
comprender el flujo general del pensamiento. Léalo de nuevo, marcando sus
divisiones principales. Trate de entender su mensaje, no cada señal y símbolo:
Su consideración principal no debe ser ¿Quién?, ni ¿Cuándo?, sino
¿Cuál es el concepto básico?
Lea sobre Apocalipsis en un diccionario de la Biblia o enciclopedia. Lea
los artículos respecto a las siete iglesias de Apocalipsis 2 y 3. Los artículos
le ayudarán a comprender la cultura en la cual vivían las iglesias y le
permitirán compararla a la cultura e iglesias de hoy.
Apocalipsis 1.1–3
Desde
el principio de este libro (Ap 1.1) notamos que esta revelación es del mismo
Jesucristo. Es un develamiento de sus planes (Ap 1.19) para su creación, su
Iglesia y la comunidad de su pueblo en «un nuevo cielo y una nueva tierra» (Ap
21.1)
¿Cuál es la fuente y
el propósito que se indican para el libro? (Ap 1.1–2)
¿Quién es el autor,
el que relata la revelación? (y. 1)
Información adicional
Note esta información sobre los antecedentes de
Apocalipsis:
«Autor: Cuatro veces el autor se refiere a sí
mismo como Juan (1.1, 4, 9; 22.8). Era tan conocido y su autoridad espiritual
estaba tan bien establecida entre sus lectores que no necesitó citar sus
credenciales. Desde muy temprano en la historia de la Iglesia se atribuye
unánimemente este libro al apóstol Juan.
»Trasfondo y fecha: La evidencia interna demuestra que el
Apocalipsis fue escrito en una época de extrema persecución contra los
cristianos, la cual posiblemente fue iniciada por Nerón, tras el gran incendio
que casi destruye a Roma en julio del año 64 d.C., y continué hasta su suicidio
en el 68 d.C. Según este punto de vista, el libro habría sido escrito antes de
la destrucción de Jerusalén en septiembre del año 70 d.C., y es una auténtica
profecía sobre los continuos sufrimientos y persecución de los cristianos, que
se haría más intensa y severa en los años por venir. Sobre la base de
afirmaciones dispersas de los padres de la Iglesia , algunos comentaristas fechan el libro en
la etapa final del reinado de Domiciano (81–96 d.C.), tras la fuga de Juan a
Éfeso».
Fe viva
Este libro de las Escrituras es único porque
contiene una promesa de bendición para sus lectores: «Bienaventurado el que lee,
y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en
ella escritas; porque el tiempo está cerca» (Ap 1.3, éntasis añadido).
La palabra griega makarios se
traduce como «bienaventurado». Esta palabra se halla siete veces en Apocalipsis
(1.3; 14.13; 16.15; 19.9; 20.6; 22.7, 14). Es la palabra familiar usada por
nuestro Señor en las bienaventuranzas de Mateo 5 y Lucas 6, donde indica, no
sólo las personas bienaventuradas, sino también la naturaleza de lo que es el mayor
bien.
El Señor expresa que los que leen, oyen y guardan
las palabras de esta profecía son «felices, satisfechos y gozosos». Tienen esa
satisfacción interna porque Dios mora en ellos, no necesariamente debido a
circunstancias favorables. La bendición de Dios puede traer paz en medio del
conflicto y las tormentas de la vida.
El reino de Dios está «en» y entre nosotros. Ojalá su Reino rija en
nuestras vidas y la esperanza del cielo en nuestros espíritus atraiga a otros
al Reino, «porque el tiempo está cerca».
El
mensaje final de Dios
Apocalipsis 1.4–11
Apocalipsis 1.4–11
La
revelación fue dirigida (y. 4) y enviada (y. 11) a las siete iglesias de Asia
Menor (ahora la nación de Turquía) que se mencionan en los capítulos dos y
tres. En este prólogo, el apóstol saluda (vv. 4–8) y luego indica las
circunstancias que rodearon su visión en Patmos.
Trace los pasos de
la trasmisión de la revelación de Dios hasta nosotros, usando los versículos 1,
2, 4, 10 y 11.
El
libro está lleno de doxologías de alabanza a Dios y a su Hijo Jesús, nuestro
Señor. Los versículos 5 y 6 exaltan al Señor Jesucristo por quien es y lo que
ha hecho. Bosqueje cada una de estas cosas a continuación:
Quién es Él:
Qué ha hecho Él:
Riqueza literaria
Testigo, martus; Strong #3144: Compare
«mártir» y «martirio». Uno que testifica de la verdad que ha experimentado, un
testigo, uno que tiene conocimiento de un hecho y puede dar información
concerniente a él. Este vocablo en sí mismo no implica muerte, pero muchos de
los testigos del siglo 1 dieron sus vidas, con el resultado de que la palabra
vino a significar mártir, uno que testifica de Cristo por medio de su muerte
(Hch 22.20; Ap 2.13; 17.6).
Sondeo a profundidad
«La adoración y el Reino. En las primeras
líneas de Apocalipsis, Juan se presenta a sí mismo como un hermano y compañero
en la lucha que todos enfrentamos (v. 9). Sus palabras “en el reino y en la
paciencia de Jesucristo” apuntan a la doble realidad del presente triunfo del
reino de Cristo, y a la continua presencia del mal, lo cual exige a la Iglesia luchar
pacientemente para que el reino avance entre y a través de nosotros. Al
presentar el amplio panorama de profecías a punto de ser proclamadas, Juan
aborda dos verdades actuales muy importantes: (1) Nosotros, los
redimidos por Cristo, somos amados y hemos sido lavados de nuestros pecados; un
estado presente (v. 5). (2) Nosotros, a través de su glorioso dominio, hemos
sido designados “reyes y sacerdotes” para Dios: un llamado también presente. Y
así, estos dos oficios dan una perspectiva sobre nuestra autoridad y deber y
cómo podemos hacer avanzar, lo más eficazmente posible, el reino de Dios.
»Primero, se dice de nosotros que somos reyes, en el
sentido de que bajo el Rey de reyes integramos la nueva generación: los
renacidos, en quienes Dios ha delegado autoridad para extender y administrar
los poderes de su reino. Desde luego, esto implica testimoniar fielmente del
evangelio, en el poder del Espíritu y en servicio de amor a la humanidad en el
amor de Dios. Pero ello supone también enfrentar los oscuros poderes del
infierno, perseverar en la oración, y mantenerse expectante ante las obras
milagrosa de Dios (2 Co 10.3–5; Ef 6.10–20; 1 Co 2.4). Sin embargo, esta
autoridad se ejerce plenamente al adorar con espíritu de alabanza, cuando
ejercemos el oficio de “sacerdotes”. Algunas traducciones dicen “un reino de
sacerdotes”, lo cual hace énfasis en el hecho de que el gobierno es eficaz
únicamente cuando se cumple fielmente la misión sacerdotal. La adoración es
fundamental para el avance del reino. El poder del creyente delante del trono
de Dios, adorando al Cordero y exaltándolo en el Espíritu Santo con alabanza,
confunde poderosamente al adversario. Véanse Éxodo 19.5–7; Salmo 22.3; 93.2; 1
Pedro 2.9>».
Apocalipsis 1.7 dice que cuando Jesucristo vuelva en juicio en su
Segunda Venida (véanse Zac 12.10; Mt 24.30) «todo ojo le verá». ¿Cómo será esto
posible?
¿Cómo pudiera la tecnología moderna de las comunicaciones contribuir a
esto?
«El Alfa y la Omega »
son la primera y la última letras del alfabeto griego, como la «a y la z» en el
castellano. Este término descriptivo indica que Él es el eterno Señor de todo
(Is 44.6), el principio y el fin de todas las cosas (Ap 1.17). Dios comenzó y
le pondrá punto final cuando El esté listo.
Entre bastidores
«Juan está en el exilio de Patmos, una pequeña isla de 16 por 9 km , localizada a 96 km al sudoeste de Éfeso,
en el mar Egeo. Volcánica y casi despoblada, los romanos la usaban como colonia
penal, forzando a los prisioneros a trabajar en las canteras de granito. El
destierro de Juan se debió a su fiel testimonio del evangelio».
¿Qué
clase de tribulación/persecución enfrenta? Ninguno de nosotros se escapa de
ella. Juan se identificó con nosotros (Ap 1.9) como nuestro «hermano, y
copartícipe[…] en la tribulación». Aun cuando estaba en una isla desierta y en
circunstancias terribles, Dios lo usó de una forma singular. ¿Cómo nos puede
alentar eso?
Apocalipsis
1.10 «es la más temprana referencia en la literatura cristiana al primer día de
la semana como el día del Señor». Es evidente que este llegó a ser el
día de la semana que los primeros cristianos observaban como su día de descanso
y adoración. (Véanse Hch 20.7; 1 Co 16.2.) Debe notarse que en el Nuevo
Testamento ni se ordena ni se condena el cumplimiento del sabut judío.
(Véanse Hch 15.1, 24; Ro 14.5–6).
El
Cristo resucitado
Apocalipsis 1.12–20
Apocalipsis 1.12–20
Muchos
creyentes piensan sólo en el Jesús suíriente colgando de la cruz. Pero Juan vio
al Hijo del Hombre como un ser asombroso (véase Ap 1.13–16) y cayó a sus pies,
como si estuviera muerto (Ap 1.17). Si nosotros vislumbráramos en realidad la
majestad, la santidad y el poder de Cristo, tal vez también caeríamos postrados
adorándole «en espíritu y en verdad». ¡A lo mejor el brillo de su gloria
revelaría áreas y aspectos de nuestras vidas por las cuales necesitamos un
rápido y genuino arrepentimiento!
El
Señor Jesús vino del cielo a la tierra para redimir a la humanidad.
Voluntariamente dejó su gloria real detrás para convertirse en un siervo de
todas las criaturas de la tierra (Flp 2.6–11). Pero ahora, después que resucitó
de la tumba, volvió al cielo y a la gloria que preparó para nosotros. En
Apocalipsis 1.13–16, Juan nos hace partícipes de su vislumbre de gloria divina.
Apocalipsis
1.19 presenta un bosquejo simple del libro: (1) «las cosas que has visto»
(aquellas que Juan acababa de contemplar en su encuentro inicial con el Señor
glorificado); (2) «las que son» (Ap 2 y 3, relacionadas a las iglesias
existentes en la provincia romana de Asia, que representaban las iglesias en
toda la era de la Iglesia );
y (3) «las que han de ser después de estas», hablando de las cosas que vendrán
después de ese tiempo.
Apocalipsis
1.20 continúa el simbolismo que se usa en el libro. Se identifica y explica a
siete estrellas y siete candeleros: «Las siete estrellas son los ángeles de las
siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias».
¿Quiénes son los
ángeles de las siete iglesias? (Ap 1.20). ¿Son guardianes sobrenaturales o
líderes humanos de las iglesias locales?
¿En qué lugar de prominencia
y protección tenía el Hijo del Hombre las siete estrellas? (Ap 1.16)
¿Qué representan
«los siete candeleros de oro»? (Ap 1.20)
Información adicional
¿Qué nos dice esto respecto a la renovación espiritual y vida santa en
la iglesia local?
Es interesante que los candeleros no se describen físicamente unidos,
como en la menora judía de siete brazos. Más bien se relacionan porque tienen
el mismo Dueño. ¿Cómo se vincula esto a la unidad espiritual en el cuerpo de
Cristo?
Si la forma y diseño de los candeleros no es importante, ¿qué nos dice
esto respecto a la diversidad de formas de adoración y estilos de culto?
En el mensaje a la iglesia en Éfeso, Jesús dijo que Él «anda en medio
de los siete candeleros de oro» (2.1). Esto parece sugerir una preocupación
Íntima e intenso cuidado por las asambleas locales de creyentes. Él es el
que llena (o rellena) el aceite, corta las mechas (e incluso las reemplaza).
¿Qué pudiera sugerir eso acerca de la renovación espiritual y liderazgo en una
iglesia local?
¿Necesita usted más «acite en su lámpara?» ¿Necesita que su mecha sea
recortada? ¿Está «quemado»?
De un vistazo
LAS SIETE IGLESIAS DEL APOCALIPSIS (1.20)
Elogio
Crítica
Instrucción
Promesa
Éfeso
(2.1–7)
(2.1–7)
Rechaza el mal, persevera,
es paciente
Su amor por Cristo no es ya
ferviente
Obra como lo hacías al
principio
El árbol de la vida
Esmirna
(2.8.11)
(2.8.11)
No temas padecer
Ninguna
Sé fiel hasta la muerte
Pérgamo
(2.12–17)
(2.12–17)
Mantén la fe de Cristo
Tolera las inmoralidades, la idolatría y la inmoralidad
Arrepiéntete
El mana escondido y una
piedrecita con un nombre nuevo
Tiatira
(2.18–29)
(2.18–29)
Su amor, su fe, su
paciencia, es mayor que antes
Tolera la idolatría y la inmoralidad
El juicio se acerca:
perseveren en la fe
Regirá sobre las naciones y
recibirá la estrella de
la mañana
Sardis
(3.7–13)
(3.7–13)
Algunos han mantenido la fe
Una iglesia muerta
Arrepiéntete y fortalece lo
que queda
Los fieles honrados y
vestidos de blanco
Filadelfia
(3.7–13)
(3.7–13)
Persevera en la fe
Ninguna
Mantén la fe
Un lugar en la presencia de Dios, un
nuevo nombre y la
nueva Jerusalén
Laodicea
(3.14–22)
(3.14–22)
Ninguno
Indiferente
Se celoso y arrepiéntete
Compartir el trono de Cristo
Estas
cartas muestran lo que diferentes grupos de creyentes harán en tiempos de
persecución. Las iglesias eran congregaciones específicas en el día de Juan,
pero también son representativas de similares tipos de iglesias,
independientemente del tiempo o del lugar.
En
estas epístolas el Señor resucitado administra a su Iglesia. Cada carta
incluye:
• una acusación o algo que condenar,
• un llamado o directiva, y
• una amenaza o una promesa.
Aun
cuando eran iglesias reales, también parecen haber sido seleccionadas
como iglesias parábolas para darnos instrucción celestial sobre cómo
aplicaríamos los principios a través de todas las generaciones de la Iglesia (Ap 2.7, 11, 17,
29; 3.6, 13, 22).
Éfeso:
la iglesia sin
amor
Apocalipsis 2.1–7
Apocalipsis 2.1–7
La
iglesia en Éfeso era una de las congregaciones destacadas de Asia Menor. Quizás
surgió como resultado del breve ministerio de Pablo allí, en su segundo viaje
(Hch 18.18–21). La iglesia fue firmemente establecida durante la prolongada
estancia de Pablo en Efeso durante su tercer viaje (Hch 19.1–2, 6, 8–12, 20).
Su epístola a los Efesios es rica en verdad y doctrina, así como una guía para
la vida cristiana práctica.
En Apocalipsis 2.2,
¿qué cuatro cosas dice el Señor que no pasaron inadvertidas?
Juan
también observó que ellos habían practicado fielmente la disciplina en la
iglesia al no soportar a los cristianos profesantes que persistían en practicar
el pecado.
Esmirna:
la iglesia perseguida
Apocalipsis 2.8–11
Apocalipsis 2.8–11
Otra
iglesia destacada en Asia Menor estaba ubicada en la ciudad de Esmirna,
alrededor de sesenta kilómetros de Efeso. De las siete ciudades mencionadas en
Apocalipsis 2 y 3, esta es la única que existe hoy; es la moderna población
turca de Izmir. En el siglo primero era un floreciente puerto marítimo, lugar
de cultura avanzada para ese tiempo. En el año 23 d.C. se ganó el privilegio de
parte del senado romano de construir el primer templo en honor al emperador
romano Tiberio. Eso fijó el escenario para la práctica políticamente correcta
de la adoración al emperador.
Cristo afirmó que
estaba bien enterado de cuatro aspectos de su fiel tenacidad (Ap 2.9).
Indíquelos:
Aunque judíos
incrédulos y hostiles los perseguían, ¿quién era la verdadera fuente de sus
problemas? (y. 9b)
Fe viva
¿Quién puede negar que nosotros, como cristianos,
tenemos problemas, presiones o «tribulaciones»? La palabra de Apocalipsis 1.9
que se traduce «tribulación» (griego: dlipsis) también se usaba en el
griego clásico para describir la manera en que los romanos torturaban a alguien
aplicándole presión de grandes piedras sobre el pecho del criminal. Esta enorme
presión tenía el efecto de moler lentamente al individuo hasta matarlo.
¿Tiene problemas que están «moliéndolo lentamente» hasta el punto en
que piensa que ya no puede resistir más? Emocionalmente, ¿se siente solo o
deprimido? Financieramente, ¿está tan atrasado que se desespera? Físicamente,
¿ha sufrido quebranto en su salud o recibido malos resultados de exámenes
médicos? Espiritualmente, ¿está lleno de duda o culpa? Jesús dice que Él
«conoce» todo en cuanto a nuestras aflicciones, nuestras profundas ansiedades,
nuestros apremiantes problemas. ¡El los conoce y le interesa! Sabe de nuestras
presiones presentes y pruebas futuras también. ¡Su Palabra nos asegura la
victoria final (Ro 8.31–39)!
Cristo profetizó de
un tiempo de intensa persecución futura para los creyentes de Esmirna. Satanás,
dice, en realidad entregaría a muchos de ellos a la cárcel. Frente a esta dura
predicción, ¿qué se les dice que deben ser?
¿Qué les prometió Él
a los que fueran fieles hasta la muerte? Compare esto con Santiago 1.12 y 1
Pedro 5.4.
El
apóstol Pablo le dijo a Timoteo que «todos los que quieren vivir piadosamente
en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Ti 3.12). Es más, es posible que haya
en el futuro cercano un tiempo cuando será común que los cristianos sean de
nuevo martirizados por sus creencias.
En su Evangelio,
Juan dijo que algunos que perseguían a la Iglesia lo hacían debido a una extraña
convicción. ¿Cuál era esta? (Véase Jn 16.2.)
¿Puede la muerte
separarnos de Dios? (Véanse Ro 8.35–39; 2 Co 5.1–8.)
¿De qué dijo el
Señor que sus seguidores no sufrirían daño? (Véase Ap 2.11 y compárese con Ap
20.6, 14; 21.8 y Dn 12.2.)
Pérgamo:
la iglesia que
se acomoda
Apocalipsis 2.12–17
Apocalipsis 2.12–17
Alrededor
de ciento cuatro kilómetros al norte de Esmirna se levanta la hermosa ciudad
interior de Pérgamo. Era la ciudad más antigua de la provincia y capital del
Asia romana. Se dice que su biblioteca contenía más de 200,000 volúmenes de
rollos y pergaminos. Más tarde, Marco Antonio le regaló la biblioteca a
Cleopatra.
Es
obvio que Pérgamo era para los cristianos un lugar hostil y difícil para vivir:
«Donde está el trono de Satanás». La fuerza opresora de los poderes diabólicos
estaba en todas partes. La cultura de la comunidad se entregó tanto a los
dioses paganos y a la adoración del emperador, que Antipas, evidentemente uno
de los creyentes en Pérgamo, llegó a ser el primer cristiano en Asia que
martirizaron por su fe.
¿Cómo respondieron
los creyentes en estas situaciones difíciles? (Ap 2.13)
¿Qué sugiere el gran
testimonio público que dio esta iglesia? (Ap 2.13)
A
pesar de sus puntos fuertes, Cristo identificó dos serias faltas en las
creencias y conducta de la iglesia (Ap 2.14). Sus acusaciones rodean el hecho
de que llegaron a tener una mente en extremo amplia respecto a «la senda
estrecha». Satanás sedujo a algunos y se sometieron a la enseñanza y práctica
de los balaamitas y nicolaítas, a quienes Cristo dice que aborrece (Ap
2.6). Sus componendas espirituales hicieron un cortocircuito en su eficacia
espiritual.
Información adicional
En Números 25, Balac, rey de Moab, no pudo lograr que el anciano
profeta Balaam maldijera a Israel directamente. Pero Balaam, al parecer por
ganancia personal, engaña en efecto al pueblo de Dios y crea un plan por el
cual las hijas de los moabitas seducirían a los israelitas y los harían pecar y
sacrificar a su dios, Baal-peor, y a adorarle. El juicio de Dios cae sobre
Israel debido a la fornicación y a la idolatría. (Véanse además Nm 31.16; 2 P
2.15; Jud 11.)Otra mortal doctrina condenada por Cristo es la de los
nicolaítas. Esta secta radical de herejes hedonistas seguían una forma extrema
del gnosticismo desenfrenado durante todo el siglo primero. «Los seguidores de
esta mortal doctrina aducían que, puesto que sus cuerpos eran físicos (y por lo
tanto malos), sólo lo que hacían sus espíritus era lo importante. De modo que
se sentían libres para darse a la indulgencia en relaciones sexuales
indiscriminadas, para comer alimentos ofrecidos a los ídolos y a hacer con sus
cuerpos cualquier cosa que se les antojara».
Cristo
claramente llamó a esta iglesia del acomodo a que «se arrepintiera o si no…»
(Ap 2.16). El término significa cambiar de opinión o de manera de pensar (y,
por tanto, ¡de manera de vivir!). Dios no quiere que su pueblo sostenga actitudes
liberales e indulgentes hacia la idolatría religiosa y promiscuidad sexual. La Palabra de Dios es clara
al condenar estas conductas que deben evitarse en nuestras vidas y comunión. Si
no es así, Dios hará lo que sea necesario para purgar el mal de su Iglesia (Heb
12.6).
¿Cómo podemos evitar
ser «de mente estrecha» y, aun así, no tolerar el pecado?
Pablo
les dijo a los cristianos en Tesalónica (1 Ts 4.1–8) que la voluntad de Dios
para nuestras vidas involucra al menos tres cosas relacionadas con nuestro
cuerpo. ¿Cuáles son?
1.
2.
3.
Pablo les dijo a los
cristianos romanos que debían evitar ciertos planes premeditados (Ro 13.14). ¿A
qué se refiere?
Para
rehuir la componenda y sobreponerse a la tentación a pecar se necesita cierto
discernimiento espiritual. Esto surge en los cristianos maduros que se
alimentan de la carne de la
Palabra y no sólo de la leche. Sus sentidos espirituales
pueden discriminar entre la doctrina sana y errada, y entre la conducta
correcta y la equivocada. (Véase Heb 5.12–14.)
Tiatira:
la iglesia corrupta
Apocalipsis 2.18–29
Apocalipsis 2.18–29
Tiatira
estaba como a cincuenta kilómetros al sudeste de Pérgamo. Alejandro Magno la
fundo casi 400 años antes. Lidia, la primera convertida de Pablo en Europa,
procedía de esta ciudad (Hch 16.14). Era una mujer de negocios que vendía la
popular tela de púrpura que se hacía en Tiatira.
La
iglesia de esa ciudad estaba en serios problemas, causados por las demandas de
muchos gremios de comerciantes (tales como los curtidores, alfareros,
tejedores, tintoreros y fabricantes de ropas). Estas asociaciones fraternales
con frecuencia auspiciaban fiestas ceremoniales en las que se servían alimentos
«sacrificados» a alguna deidad pagana, quizás al dios patrón del gremio. Es
más, la conducta inmoral que a menudo caracterizaba tales ocasiones hacía
imposible que los cristianos verdaderos participaran en esas agrupaciones o sus
actividades.
¿Qué paralelo puede
haber entre estos gremios antiguos y los sindicatos y organizaciones
fraternales de trabajadores de los tiempos modernos?
¿Qué conducta
inmoral o en apariencia religiosa (no cristiana) acompaña tales reuniones o
actividades seculares, si hay alguna?
Aun
cuando asuntos como comer alimentos sacrificados a los ídolos difícilmente nos
preocuparía en la sociedad occidental, el principio es importante y relevante
como siempre: ¿Tomamos nuestras normas de valores morales contemporáneos o de la Palabra inmutable de Dios?
Toda la carta a la
iglesia en Tiatira es sobre la vida cristiana y el testimonio en una sociedad
permisiva. ¿Qué clase de asuntos similares ve usted en su ciudad y su sociedad?
¿Cuáles son algunas
de sus convicciones personales que, como buena política, predeterminan cómo va
a responder cuando enfrente de súbito cuestiones morales?
Fe viva
Considere los siguientes principios y preguntas para
ayudarle a desarrollar sus convicciones personales. Aplique objetivamente todas
las siguientes «pautas para áreas grises» a alguna cuestión dada antes de
decidir si el asunto en cuestión está bien o mal para usted.
1. Provecho
(1 Co 6.12). Pregúntese: «¿Es bueno para mí?» «Añadirá esto una mejor calidad a
mi vida?»
2. Control
(1 Co 6.12). Pregúntese: «¿Me controlará eso, o disminuirá el control de Cristo
sobre mí?»
3. Propiedad
(1 Co 6.19, 20). Considere las preguntas: «Como propiedad de Dios, ¿puedo
justificar esta actividad? ¿Es esta actividad apropiada para un embajador de
Jesucristo?»
4. Influencia
(1 Co 8.9, 12–13). Considere: «¿Podría esta acción influir negativamente a
algunos de mis amigos o hacerles tropezar?»
5. Testimonio
(Col 4.5). Ahora considere: «¿Cómo se afectará mi testimonio si participo en
esta actividad?»
6. Acción
de gracias (Col 3.7). Reflexione en esta pregunta: «Cuando llego a casa
después de esta actividad, ¿puedo darle gracias a Dios con una conciencia limpia?»
7. Amor (Ro 14.13–15). Finalmente,
pregúntese: «¿Estoy dispuesto a limitar mis libertades en consideración a mi
amor por otra persona?»
Cristo ofreció a los
santos su elogio quíntuple (Ap 2.19). ¿Qué cosas positivas destacó?
¿Cuál fue la
principal objeción que Dios hizo a esta congregación?
¿Cuál fue el castigo
proyectado para la profetiza contemporánea Jezabel y sus seguidores?
¿Cómo serviría su
castigo de ejemplo para otras iglesias?
Después de advertir
a los descarriados, ¿cómo estimula Cristo a los santos?
Sardis:
la iglesia muerta
Apocalipsis 3.1–6
Apocalipsis 3.1–6
Alrededor
de cuarenta y ocho kilómetros al sudeste de Tiatira y ochenta kilómetros al
este de Esmirna, estaba Sardis, una ciudad de renombre por su proceso de teñido
e industrias de lana.
En
esta serie de cartas, el modelo de Cristo ha sido ofrecer un elogio a la
congregación antes de señalar lo que condena en la misma. Sin embargo, en esta
carta a la iglesia en Sardis no hay ningún elogio. En lugar de eso, la
evaluación severa es inmediata. El problema no era sensualidad, sino
espiritualidad. Aquí estaba una congregación espiritualmente débil viviendo en
los laureles del pasado. Su servicio espiritual a Cristo era de los días de
antaño. Ahora no eran nada. Tenía una historia y se solazaba en su reputación,
pero la mayor parte de la congregación actual tenía un pie en la tumba (Ap 3.1,
4). Sin duda cantaban himnos, oraban, ofrendaban, enseñaban y hablaban juntos,
sin embargo, se les declara «muertos».
La
situación era crítica, pero no estaba del todo perdida. Si rápidamente se daban
pasos decisivos, algunas personas y alguna parte del ministerio de la iglesia
podían salvarse. ¿Cuáles cinco cosas les ordena Cristo a hacer? (Ap 3.2–3)
1.
2.
3.
4.
5.
¿Qué advertencia les
dio Cristo concerniente al fracaso que tuvieron en cumplir sus instrucciones?
(Ap 3.3b)
Los
que demostraran sinceridad espiritual serían recompensados por la comunión
diaria de Cristo («andarán conmigo») y la consiguiente pureza («en vestiduras
blancas»; Ap 3.4). ¿Cuáles tres cosas se le prometen al que venciere? (Ap 3.5)
1.
2.
3.
¿Qué advertencias
puede usted obtener de esta carta respecto a la senilidad espiritual?
La rigidez sugiere
algo que está muerto. Las cosas vivas son dóciles. ¿Qué maneras de pensar o de
vivir tal vez Dios le está llamando a cambiar para conformarse a Cristo?
Filadelfia:
la iglesia fiel
Apocalipsis 3.7–13
Apocalipsis 3.7–13
El nombre
«filadelfia» significa «amor fraternal», y la palabra se usa (en formas
ligeramente diferentes) otras siete veces en el Nuevo Testamento para referirse
a este hermoso atributo cristiano. Dos ejemplos destacados son:
Amaos los unos
a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los
otros (Ro 12.10).
Permanezca
el amor fraternal (Heb 13.1).
Nada
se sabe respecto al origen de la iglesia en Filadelfia. La ciudad en sí misma
la construyó el rey de Pérgamo en honor a su hermano. Su ubicación junto a una
carretera principal que conectaba varias ciudades clave de aquella región ayudó
a establecer a Filadelfia como una ciudad fortificada. La rica región agrícola
circundante, junto con las industria textil y de pieles, la hicieron bien
poblada y próspera.
La
carta hace referencia a «una puerta abierta» (Ap 3.8) que está puesta ante la
gente por la autoridad del mismo Cristo Jesús. Dos interpretaciones son
posibles para esta «puerta abierta». Primero, quizás sea la puerta del Reino
eterno. No sólo que Jesús puede abrir la puerta de esa oportunidad, sino que Él
es la Puerta
(Jn 10.7, 9).
Compare
«la llave de la casa de David» con «las llaves del reino» y «las llaves de la
muerte y del Hades»:
Isaías 22.22
Mateo 16.19
Apocalipsis 1.18
Segundo,
puede ser la «puerta» del testimonio, servicio y oportunidad de evangelización.
A Filadelfia se la describía como «la entrada al Oriente». El rey Atalo II,
fundador de la ciudad, planeó que fuera un centro desde el cual la cultura
griega pudiera propagarse. Este detalle quizás explique el simbolismo aquí.
Pablo usó el término de esta manera en 1 Corintios 16.9 y 2 Corintios 2.12.
Apocalipsis
3.8 dice que la iglesia tiene «poca fuerza». Cuando somos débiles, debemos
depender del Señor. La tentación será negar, distorsionar o diluir la Palabra de Dios para
acomodar nuestra debilidad y vulnerabilidad. Pero Jesús dijo que habían
mostrado fidelidad bíblica y que habían «guardado mi palabra, y no anegado mi
nombre».
Sondeo a profundidad
Apocalipsis 3.10 promete que Cristo guardará a los
creyentes «en la hora de la prueba», una promesa cuya referencia específica han
debatido eruditos y teólogos cristianos sinceros. En cuanto al tiempo del Rapto
de la Iglesia ,
¿significa esta promesa que los creyentes escaparán de las «pruebas» del
período de la tribulación, o que atravesarán por medio de ellas? ¿O se
refiere la «hora de la prueba» a aquello que iba a sobrevenir sólo a la iglesia
de Filadelfia?
La frase griega «guardar de» (tereo ek) se usa
otra vez sólo en Juan 17.15, donde Cristo oraba que el Padre «guardara» a los
creyentes de Satanás.
¿Quiere decir preservarlo del ataque del maligno o preservarlos
mientras atraviesan tal ataque? Explique su respuesta.
¿Qué tal en cuanto al resto del versículo 10? ¿Se aplica esta promesa
a todo el período de siete años (la septuagésima semana de Daniel) o a los
últimos tres años y medio (la «gran tribulación»), cuando la «hora de la
tentación» venga al «mundo entero»? Explique su selección.
La
única advertencia o instrucción que Dios le da a la congregación en Filadelfia
fue: «Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona» (Ap 3.11). Dios nos
ha dotado a cada uno con diferentes habilidades, capacidades y talentos (1 P
4.10–11). Como los hombres en la parábola de los talentos, necesitamos usar lo
que tenemos o de otra manera se nos quitará y dará a otro. Use para Dios las
oportunidades («puertas abiertas») que tiene. El le elogiará y le recompensará.
Laodicea:
la iglesia tibia
Apocalipsis 3.14–22
Apocalipsis 3.14–22
La
ciudad de Laodicea, setenta y dos kilómetros al sudeste de Filadelfia, era una
ciudad fortificada y le dio nombre Antíoco II, el rey griego de Siria, quien la
construyó a mediados del siglo tercero a.C., en honor a su esposa, la reina
Laodicea.
Situada
en una región volcánica, la ciudad fue destruida por un terremoto en el año 61
d.C. Fue reconstruida por los esfuerzos de sus ciudadanos ricos, sin la ayuda
de Nerón, el César. Así, la comunidad entera tenía un sentido de orgullo y
autosuficiencia.
En
contraste con las cartas de nuestro Señor a las otras iglesias, en donde
condicionó su crítica al elogiarlos primeramente, aquí en Laodicea no puede
hallar nada bueno que decir. Es evidente que El tenía más respeto por el feroz
fanatismo ardiente o el formalismo helado y gélido que por la muerta y
paralizante tibieza (Ap 3.17b). La congregación de la iglesia en Laodicea era
tibia y satisfecha de sí misma.
Más
patético aún, la congregación de Laodicea estaba ciega a su propio letargo
espiritual. Medían su situación o condición espiritual por su riqueza material,
pensando que «lo habían logrado». «Porque tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo» (Ap 3.17). Cualquiera que haya
sido su riqueza relativa, no era rica para con Dios.
Confiaban en las
señales del materialismo como indicadores de su espiritualidad. Lea la historia
del rico en Lucas 12.13–21. ¿Por qué Dios le llama «necio»?
Quizás
Dios le dio a algunas personas el don y la habilidad para enriquecerse. Lea 1
Timoteo 6.17–19 y mencione tres cosas que Pablo instruye a los ricos de este
mundo a que hagan con su dinero:
1.
2.
3.
Laodicea
era célebre por la preparación de un colirio especial que se decía ser muy
eficaz en el tratamiento de varios desórdenes oftálmicos. Algunos de estos
creyentes habían ayudado a otros a ver físicamente, pero estaban ciegos
espirituales. No podían ver su pobreza espiritual ni que habían dejado a Cristo
fuera de sus vidas.
La carta concluye
describiendo una puerta cerrada de oportunidad espiritual. ¿Ha habido momentos
en su vida en los cuales ha sentido indiferencia hacia Dios o su obra en el
mundo?
¿Cuáles son las
condiciones de la invitación de Cristo en el versículo 20?
¿Percibe algún
aspecto en que tal vez ha dejado a Cristo fuera de su vida?
Si la respuesta a
cualquiera de las preguntas anteriores fue «sí», Cristo le llama a ser celoso y
a arrepentirse (Ap 3.19). Él ha prometido volver y tener comunión con todos los
que le reciban.
Información adicional
Este pasaje familiar e imagen de Cristo parado fuera
de una puerta cerrada y aguardando la invitación para entrar no es tanto una
apelación a los pecadores, como para los santos autosatisfechos que no le han
permitido a Cristo el control soberano en sus vidas. La carta anterior se
refirió a una puerta abierta de oportunidad (Ap 3.8); ahora esta carta muestra
una puerta cerrada de espiritualidad. Pero el Salvador espera que lo inviten a
entrar. Los que le reciben disfrutarán una vez más de su presencia, su poder y
su propósito.
En cada una de sus cartas a las siete iglesias, el Señor
explícitamente exhorta a los creyentes a vencer. ¿Qué les promete a los que
venzan las tentaciones y pruebas de este mundo? (Ap 3.21)
¿En qué se diferencia esto a la posición que tenemos con El ahora «que
nos hizo sentar en los lugares celestiales»? (Véase Ef 2.6–7.)
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