jueves, 4 de junio de 2009

ZOROBABEL

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ZOROBABEL
En algunas ocasiones, la propiedad de Dios sobre un proyecto se reconoce solamente después de que han fracasado nuestros mejores esfuerzos. Es peligroso pensar en Dios como en el responsable de los detalles insignificantes mientras que nos hacemos cargo de los aspectos más importantes del proyecto.

En lugar de eso, es Dios el que está en control de todo y nosotros sólo jugamos una parte de su plan total. Cuando Dios nos da importantes trabajos para hacer, no es porque necesite nuestra ayuda. Zorobabel aprendió esta lección.
El pueblo de Dios había permanecido cautivo en Babilonia por muchos años. Muchos se habían establecido ahí con confortables estilos de vida y querían quedarse. Había, sin embargo, casi 60.000 que no habían olvidado a Judá. Cuando en el 539 a.C. Babilonia fue derrotada, Ciro, el gobernante de Persia, permitió que los judíos regresaran a Jerusalén y reconstruyeran su templo. Zorobabel guió el regreso del primer y más grande grupo a la tierra prometida.
El liderazgo de Zorobabel era por derecho y por reconocimiento. No sólo era un descendiente de David, sino que tenía cualidades personales de liderazgo. Cuando el pueblo llegó a Judá, se le dio tiempo para que estableciera sus viviendas, y luego fue llamado para comenzar la obra. Comenzaron no con los muros de la ciudad ni con los edificios gubernamentales, sino reconstruyendo el altar, adorando juntos a Dios y celebrando una fiesta. Bajo el liderazgo de Zorobabel, establecieron un cimiento espiritual para sus esfuerzos de construcción.
Los cimientos del templo quedaron rápidamente terminados, lo que dio origen a otra ronda de celebración. Pero pronto surgieron dos problemas. Unos cuantos ancianos recordaron el glorioso templo de Salomón y se entristecieron de lo pequeño y menos glorioso que era este. Además, algunos enemigos de los judíos trataron de infiltrarse en la fuerza de trabajo y detuvieron la construcción con presiones políticas. El temor hizo que la obra se detuviera. La gente regresó a su casa y pasaron dieciséis años.
No sabemos lo que hizo Zorobabel durante ese tiempo. El desaliento que siguió a aquellos primeros meses de entusiasmo y logros debió haber sido muy grande. A la larga, aquellos sentimientos se endurecieron hasta llegar a la desesperanza. Así que Dios envió a los profetas Hageo y Zacarías para ser los compañeros que alentarían a Zorobabel. Confrontaron la renuencia del pueblo y los confortaron en sus temores. El trabajo comenzó una vez más con renovadas fuerzas y se terminó en cuatro años.
Como muchos de nosotros, Zorobabel sabía cómo empezar correctamente pero le fue difícil mantener el ritmo. Su éxito dependía de la calidad de aliento que recibía. Dejó que el desaliento se llevara lo mejor de él. Sin embargo, cuando permitió que Dios tomara el control, la obra se completó. Dios siempre tiene el control. No debemos dejar que las circunstancias o la falta de aliento nos impidan hacer las tareas que Dios nos ha encomendado.
Puntos fuertes y logros:
• Guió al primer grupo de judíos de regreso del cautiverio de Babilonia a Jerusalén
• Terminó la reconstrucción del templo de Dios
• Demostró sabiduría en la ayuda que aceptó y en la que rechazó
• Comenzó su proyecto de construcción con la adoración como punto central
Debilidades y errores:
• Necesitaba aliento constante
• Permitió que los problemas y la resistencia detuvieran la obra de reconstrucción
Lecciones de su vida:
• Un líder necesita proveer no sólo la motivación inicial para un proyecto, sino el necesario aliento continuo para mantener el proyecto caminando
• Un líder debe encontrar su propia fuente confiable de aliento
• La fidelidad de Dios se muestra en la forma en la que preservó la línea de David
Datos generales:
• Dónde: Babilonia, Jerusalén
• Ocupación: Líder reconocido de los cautivos
• Familiares: Padre: Salatiel. Abuelo: Joaquín
• Contemporáneos: Ciro, Darío, Zacarías, Hageo
Versículos clave:
«Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella» (Zacarías 4.6, 7).
La historia de Zorobabel se relata en Esdras 2.2–5.2. Además se le menciona en 1 Crónicas 3.19, Nehemías 7.7; 12.1, 47; Hageo 1.1, 12, 14; 2.4, 21, 23; Zacarías 4.6–10; Mateo 1.12, 13; Lucas 3.27.


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