LO QUE ESPERA LA MUJER DE SU ESPOSO 2ª parte

Mi amado habló, y me dijo:
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

BIENAVENTURADA ES LA MUJER QUE TIENE UN BUEN ESPOSO.

1º LA ESPOSA ESPERA QUE SU MARIDO SEA ÍNTEGRO. (3:12).
Es decir, de conducta intachable, irreprochable, que procede rectamente, que lleva una vida honesta, que actúa con justicia.
Booz era un hombre íntegro. Él pudo aprovecharse de la situación y casarse con Rut, pero él sabía que había otro familiar todavía más cercano que él y por ende con más derechos que él de tomar a Rut por esposa.
Booz no quiso ser ventajoso, sino actuó con probidad y honradez.
Y es que sólo quienes andan en integridad habitarán en el monte santo de Dios.
La Biblia reprende a todos aquellos hombres que se conducen con trampas o con engaños: “ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias” (Efesios 5:4). Según el diccionario truhanerías son sinvergüenzadas, engaños, estafas.
Una esposa no desea ver eso en su esposo, sino que se conduzca con rectitud.

2º LA ESPOSA ESPERA QUE SU MARIDO SEA SEGURO. (3:13).
Booz le asegura a Rut que si el otro pariente no quisiera redimirla, entonces con toda certeza él lo hará y agrega la frase “Vive Jehová” para realzar la afirmación.
Lo importante es que Rut sintiera seguridad, confianza, paz en su corazón.
Los que saben de estas cosas, dicen que la mujer por naturaleza anhela seguridad.
La mercadotecnia dice que un comercial exitoso es el que presenta la imagen de una familia dichosa, en un lugar seguro, departiendo unos con otros felices. No importa el artículo que anuncie, tendrá siempre éxito si presenta el perfil de un hogar feliz. Y es que la mujer anhela esto, desde niña, al jugar con sus muñecas o a la comidita, crece con el ideal de un hogar seguro, no donde hay violencia, gritos,
reproches, sino un hogar donde hay comprensión, tranquilidad, paz y confianza.
¡Hagamos los cambios necesarios para proporcionar seguridad a nuestra esposa!

3º LA ESPOSA ESPERA QUE SU MARIDO SEA CUIDADOSO. (3:14).
Me llama mucho la atención el cuidado que tiene Booz de que nadie se entere que ella estuvo en la era con él. ¿Por qué? Porque quería evitar toda murmuración o comentario que la desacreditara o la calumniara.
Booz no permitió que se tuviera ni siquiera la más leve sospecha acerca de ella.
Por eso se despierta antes que todos y le pide que vuelva con su suegra.
Un buen esposo cristiano se afanará en que nunca se diga ni el más leve chisme que involucre a su esposa.
En Isaías 54:11-17 observemos que Dios no permitiría que se hable mal de su pueblo. Aún cuando las malas lenguas tuvieran toda la razón, el Señor se compromete a condenar toda lengua que se levante contra ella en juicio y toda conspiración y toda calumnia que sea forjada, el Señor dice, no prosperará, precisamente porque yo no la haré prosperar. Así nosotros, amados hermanos, en nosotros está en frenar en seco las habladurías.

4º LA ESPOSA ESPERA QUE SU MARIDO SEA OBSEQUIOSO. (3:15).
Booz le pide a Rut que sostenga su manto y enseguida lo llena con seis medidas de cebada. La versión popular Dios Habla Hoy dice que eran unos cuarenta kilos.
Tal vez, no le dio más porque no iba a poder con más.
Algunos esposos de hoy, se olvidan que una de las formas más eficaces de decir “te amo” es el lenguaje de los regalos. Hay quienes piensan que irán a la quiebra si le compran a su esposa un ramo de rosas frescas. Otros creen que se desfalcarán si la llevan a cenar a un buen restaurante.
Tal vez no haya mucho dinero para ello, pero lo que quiero decir, es que no debe faltar ese detallito, aquella tarjeta, un regalito aunque sea sencillo, pero lleno de amor. Al final de cuentas ¿Quién más lo merece sino sólo ella?

5º LA ESPOSA ESPERA QUE SU MARIDO SEA CONFIABLE. (3:16-18).
Una cosa que su esposa admirará en usted es que no deje asuntos pendientes, sino que se avoque a resolverlos lo más pronto posible.
Booz debía arreglar un asunto pendiente de suma importancia.
La ley de Israel dictaba que cuando un hebreo muriera sin dejar descendencia, el pariente más cercano debía tomar a la viuda por mujer y casarse con ella. El primer hijo que procrearan llevaría el nombre del difunto para que no se borrara su memoria en Israel. Booz no debía posponer arreglar ese pendiente. Él sabía que había un pariente más cercano que él a Mahlón, quien fuera esposo de Rut.
Así que de inmediato se sentó a la puerta de la ciudad hasta que pasara el familiar y enseguida lo convocó delante de diez testigos para que hiciera uso de su derecho o renunciara a ese poder y lo cediera en este caso a Booz, lo cual hizo.
Observemos en nuestro versículo la seguridad con que Noemí habla de Booz: “…porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy” (3:18). ¿Podrá decir lo mismo nuestra esposa de nosotros?
¡El Señor encamine nuestro corazón a ser los mejores esposos! ¡Así sea! ¡Amén!