martes, 9 de junio de 2009

ACUERDATE DE TU CREADOR

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Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud......


El famoso rey de Israel, Salomón, hijo de David, vivía una vida rica y llena de una variedad de experiencias que el hombre promedio no puede vivir. Intentó hallar la felicidad en todo. Buscó el contentamiento por el vino, por las mujeres, por las canciones, y por el poder. Era rico y sabio. En la odesia de su vida como relatada en el libro de Eclesiastés en el Antiguo Testamento, Salomón no abnegó nada que su corazón deseara. Era el epítome de la vida lujosa, de la clase privilegiada, del niño consentido, de la flor y nata de la sociedad, gozando muchos talentos y dones. No obstante, a pesar de todo eso, Salomón no encontró nada que le dio la felicidad profunda, o que le concedió la paz y la tranquilidad de su alma inquieta—nada, menos el temor de Dios y el cumplir de sus mandamientos. Este rey, Salomon, el último rey de Israel unido, fue el autor de ese libro tan extraño del Antiguo Testamento llamado Eclesiastés. Hoy, nuestro estudio viene de Eclesiastes 11:9-12:1. Dice el texto: «Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.»

Pero, hay otro tipo de interpretación que sostiene que es un consejo literal, y que Salomón está escribiendo algo como, «Regocíjate en tu juventud la cual es un regalo de Dios, y agradece el privilegio de tu salud.» Es otra posibilidad, y concuerda esa idea con otras declaraciones en el libro de Eclesiastés, como por ejemplo con 5:18, donde escribe el sabio, «He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que dios le ha dado; porque esta es su parte.» Si eso es el mismo sentido del texto en 11:9, entonces el autor hace hincapié en el poder de la decisión que realmente tiene el joven. Entonces, la lección es, ten cuidado de lo que escoges, porque Dios le traerá al juicio por cada decisión hecha aquí y ahora en el cuerpo. Por lo tanto, Eclesiastés 11:9 puede enseñar que, tú, joven, debes de regocijarte, pero sé sobrio y serio en vista del juicio venidero. Hebreos 9:27 nos advierte, «y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.» Romanos 14:12 dice, «de manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.» 2 Corintios 5:10 dice, «porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.» Viene el juicio, joven. Por lo tanto, ten cuidado.

el sabio aconseja en Eclesiastes 12:1 a recordar a Dios. Dice, «acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud….» Se lo escribe porque es tan facil olvidarnos de nuestro Creador. Muchos no lo creen porque están criados en las culturas donde las fuentes de la información y de la educación están rígidamente controladas por los materialistas que temen a la verdad de la creación y tienen demasiado corbadía para permitir el debate franco y abierto.

Joven, puedes alegrarte en tu juventud por las cosas buenas dadas por Dios como bendiciones y no por los vicios. Debes de quitar de tu vida los vicios que te hacen sucio, débil, e inquieto. Debes de prepararte para el juicio, y acordar y servir a tu Creador antes de todo.

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