La
fundación y crecimiento de la iglesia
En
Jerusalén, 30–35 d.C.
Hechos 1—
I. FUNDACIÓN DE LA IGLESIA (Hechos 1—2)
1. Núcleo de la
iglesia; los diez días de espera. El número de los discípulos que residían o
permanecían en Jerusalén, después de la ascensión, eran ciento veinte. Si se
incluyen los de Galilea, había quinientos, por lo menos (1 Corintios 15.6). Los
ciento veinte perseveraron en oración mientras esperaban con expectación diaria
al Espíritu prometido. Durante los días de espera, por sugerencia de Pedro, la
vacante que había en el apostolado, causada por el suicidio de Judas, fue
llenada por la elección de Matías; siendo uno de los requisitos esenciales para
ser apóstol, que tuviera, en lo personal, conocimiento que le facultara para
dar testimonio de la resurrección de Cristo (Hechos
1.21–22; 1
Corintios 9.1).
2. El Bautismo del
Espíritu Santo.
a. —El tiempo y los
eventos que le acompañaron— El sufrimiento de Cristo se dio durante la Pascua : el Espíritu vino
cincuenta días después, el día de Pentecostés, la segunda de las grandes
fiestas anuales. Éste vino acompañado de eventos que apelaron a los ojos y a
los oídos —un sonido, como el de un viento recio que soplaba, pero que no era
viento; lenguas, como de fuego, pero que no eran fuego.
b. Sus efectos en
los discípulos. — Sus efectos en los doce fueron instantáneos, poderosos,
transformantes: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a
hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les daba que hablasen”. Pero
el discernimiento sobrenatural y el poder, no fueron los únicos efectos. Fueron
transformados moralmente. De ahora en adelante no habría concepciones carnales
del reino, ni indecorosas disputas por los lugares principales en éste.
c. Su valor como
evidencia.— Jesús había relacionado la venida del Consolador con su regreso al
Padre (Juan 15.26–27; 16.7; cf. 7.39; Hechos 2.33).
Lo sucedido el día
de Pentecostés fue la respuesta del cielo al rechazo que la tierra hizo de su
Señor; una notificación pública de que la corona de las espinas habían sido
cambiadas por una corona de gloria; corona que era prueba del pecado de la
nación y de la condición de Mesías de Jesús.
d. Efectos en la
multitud.— Para asombro de miles que instantáneamente se reunieron alrededor de
los apóstoles, el bautismo del Espíritu Santo vino con poder para compungir y
convertir; indirecta, claro está, pero eficazmente, a través del evangelio,
según éste salía de labios de Pedro.
3. El sermón de
Pedro; resultados. Pedro es el portavoz; sus oyentes, los judíos, nacidos en
muchas tierras diferentes. Después de una introducción, con el fin de mitigar
el prejuicio, pasa de seguido a probar que Jesús es el Cristo, lo cual hace por
medio de recordarles 1) sus bien conocidas obras; 2) su muerte, la cual fue el
plan de Dios, inconscientemente ejecutado por hombres inicuos; 3) por su
resurrección, la cual fue anunciada por los profetas, y de la cual daban
testimonio los apóstoles; 4) Su exaltación a la mano derecha del Padre,
predicha por los profetas y confirmada por el milagro pentecostal. Los
resultados fueron: 1) una convicción que compungió; “se compungieron de
corazón”;2) una pregunta: “… ¿qué haremos?”; 3) una llana respuesta:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”;4) obediencia al
instante; “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se
añadieron
aquel día como tres
mil personas”; 5) Perseverancia constante “en la doctrina de los apóstoles, en
la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.
Podemos llamarle al
día de Pentecostés: “el día del nacimiento de la iglesia”.
II. EL CRECIMIENTO
DE LA IGLESIA EN
JERUSALÉN (Hechos 3—7)
1. La primera
persecución por parte de los judíos. Poco después de Pentecostés, Pedro y Juan
sanaron a un cojo a la entrada del templo. La vasta muchedumbre que se reunió,
le dio a Pedro una oportunidad para continuar la obra iniciada en Pentecostés.
Su discurso fue interrumpido por los saduceos, para quienes la predicación
sobre la resurrección les resultaba particularmente molesta; los dos apóstoles
fueron encarcelados. El efecto del discurso de Pedro, no obstante, fue que
aumentó el número de los discípulos a cinco mil. Al día siguiente Pedro y Juan
fueron traídos ante el concilio, el cual estaba conformado principalmente por
saduceos, y fueron cuestionados acerca del poder, por el cual ellos habían
hecho el milagro. Ellos, con toda valentía, reconocieron que fue por el poder
de Jesús, y con la misma valentía declararon a sus jueces, que en ningún otro
nombre había salvación. Las autoridades no podían negar el milagro, y,
contentándose con amenazarlos, dejaron ir a los apóstoles.
2. Peligros desde
adentro; Ananías y Safira. La iglesia de Jerusalén provee un ejemplo de la
compasión cristiana (Hechos 2.44–45; 4.34–37). No era obligatoria (Hechos
5.3–4), pero sí totalmente espontánea. Tampoco era universal, ni permanente; su
forma perteneció sólo a la iglesia de Jerusalén, aunque su espíritu caracterizó
a la totalidad de la iglesia apostólica. Ananías y Safira hicieron entrega de
una parte de sus posesiones a los apóstoles, pero fueron movidos a hacer tal,
por una siniestra motivación. El haber sido expuestos prontamente por Pedro, y
la instantánea muerte de ellos a los pies de éste, llenó a toda la iglesia de
asombro. Este ejemplo permanece en el umbral mismo de la nueva comunidad como
un monumento en contra de la hipocresía en la religión. Es un hecho digno de
notar el que la primera muerte entre los doce fue la de un traidor y suicida, y
las primeras muertes en la iglesia apostólica fueran las de unos hipócritas y
mentirosos.
3. La segunda
persecución judía. El efecto del juicio sobre Ananías y Safira, así como el de
toda justa disciplina, fue que incrementó el poder del evangelio. El concilio,
alarmado e indignado, echó a todos los apóstoles a la cárcel. Dios tenía más
trabajo para ellos; y su ángel abrió la puerta de la prisión y los envió
nuevamente al templo a predicar. Perplejos por el misterioso escape, los
gobernantes los volvieron a traer ante el concilio. Los apóstoles les
declararon el propósito de ellos, de obedecer a Dios, antes que a los hombres;
y el concilio fue detenido de tomar medidas violentas, sólo por el consejo de
Gamaliel: “… si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas
si es de Dios, no la podréis destruir”. Gamaliel era un fariseo, el maestro de
Pablo (Hechos 22.3). Los fariseos parecen no haber tomado un papel activo en
estas persecuciones del comienzo.
4. La primera
división del trabajo. La iglesia rápidamente se hizo cosmopolita. La variada
audiencia de Pedro, el día de Pentecostés (Hechos 2.8–11), pronto llegó a tener
su contraparte en la iglesia. Los que eran de sangre judía, nacidos en tierras fuera
de Palestina, eran llamados helenistas, o “judíos de origen griego”. Ellos, a
menudo, aparecen en Hechos, en contraste con los “hebreos”, o judíos de origen
palestino. Ciertos celos entre las dos clases se convirtieron en la ocasión
para la primera división del trabajo. La organización de la iglesia fue una
evolución. Los apóstoles, al comienzo, ocupaban todos los puestos. Para aliviar
los celos que estaban creciendo por causa de la distribución diaria de los
alimentos, por recomendación de los apóstoles, la congregación eligió a siete
hombres, todos con nombres griegos, para asistir en las labores. De esta forma
el oficio de diácono surgió. Los apóstoles pudieron así entregarse totalmente a
la oración y al ministerio de la palabra. El efecto beneficioso se vio en
victorias todavía mayores para el evangelio, y en muchos sacerdotes que
llegaron a ser obedientes a la fe.
5. El primer mártir
cristiano (6.8—7.60). La iglesia había elegido con más acierto que
conocimiento. Esteban, uno de los siete diáconos, comenzó a alimentar viudas
helenistas; pero no pasó mucho tiempo, antes de que se encontrara partiendo el
pan de Vida dentro de sinagogas helenistas. Hasta este punto, los discípulos
serían considerados, aun por los mismos judíos, como una secta peculiar de
judíos. No se tenía idea clara de ampliar el círculo para incluir gentiles.
Pero Esteban, evidentemente, comenzó a considerar la posibilidad de abolir el
judaísmo. Esto tocó a todos los judíos en un punto en el cual eran sensibles.
Los helenistas, derrotados en argumentos, recurrieron a la persecución. Y ahora
los fariseos se pusieron activos. En la segunda persecución, Gamaliel, el
fariseo, aparece como el protector de Pedro; en la tercera, su discípulo,
Pablo, como el perseguidor de Esteban. Y sucedió que Esteban, el más progresivo
espíritu de la iglesia de Jerusalén, cayó como el primer mártir cristiano. En
el espíritu de su Señor, muere con la oración: “Señor, no les tomes en cuenta
este pecado”. La iglesia perdió a Esteban, pero pronto ganó a Pablo; y podemos decir
junto con San Agustín,
Las parábolas de Jesús
………………………………………………….. ..Mateo……… Marcos……... Lucas
La lámpara debajo
del almud. . . . . . . . . . . . . …… 5.14-15 …......4.21-22............ 8.16;
11.33
Un edificador
insensato y otro sabio. . . . . . . ……. 7.24-27….……………..…… 6.47-49
Los remiendos de
paño nuevo y de paño viejo…….9.16….……...2.21…………. 5.36
Los odres nuevos y viejos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9.17….…….. 2.22…………. 5.37-38
El sembrador y los
tipos de suelo. . . . . . . . . . . . .
13.3-8,18-23... 4.3-8, 14-20.... 8.5-8,11-15
La cizaña. . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13.24-30, 36-43
La semilla de mostaza.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13.31-32…….. 4.30-32…….. 13.18-19
La levadura. . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .13.33………………………...
13.20-21
El tesoro escondido.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... .13.44
La perla de gran precio.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . ....13.45-46
La red. . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... 13.47-50
El padre de familia.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . 13.52
La oveja perdida. .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18.12-14…………………….. 15.4-7
El siervo que no
tuvo misericordia. . . . . . . . . . . . . 18.23-34
Los obreros de la viña.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20.1-16
El padre y los dos hijos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21.28-32
Los labradores malvados.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
21.33-44…….. 12.1-11……… 20.9-18
Las bodas del hijo
del rey. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22.2-14
Las hojas de la higuera.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24.32-35………13.28-29…….. 21.29-31
El siervo fiel y el
siervo malo. . . . . .. . . . . . . . . . .. 24.45-52……............................
12.42-48
Las diez vírgenes.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25.1-13
Los talentos (las
minas). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25.14-30…….............................19.12-27
Las ovejas y los cabritos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.25.31-46
La semilla que crece.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.4.26-29
Los siervos que velan.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . .
.13.35-37…….. 12.35-40
Los dos deudores .
. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . 7.41-43
El buen samaritano
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . .10.30-37
El amigo que viene
a medianoche con necesidad . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . .
. 11.5-8
El rico insensato .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . 12.16-21
La higuera estéril.
. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . 13.6-9
El último lugar en
la fiesta de bodas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . .. .14.7-14
La gran cena. . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . .. . 14.16-24
El costo del discipulado.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . .14.28-33
La moneda perdida.
. . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . .15.8-10
El hijo pródigo. .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . …. . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . .15.11-32
El mayordomo infiel.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . .
. . . . . . . . . .16.1-8
El hombre rico y Lázaro.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16.19-31
El amo y su siervo.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .
. . . . . . . . . . . .17.7-10
La viuda
importunadora (persistente) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . 18.2-8
El fariseo y el publicano.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18.10-14
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