domingo, 11 de enero de 2015

LA FUNDACIÓN Y CRECIMIENTO DE LA IGLESIA EN JERUSALEN

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La fundación y crecimiento de la iglesia
En Jerusalén, 30–35 d.C. 
Hechos 1—


I. FUNDACIÓN DE LA IGLESIA (Hechos 1—2)
1. Núcleo de la iglesia; los diez días de espera. El número de los discípulos que residían o permanecían en Jerusalén, después de la ascensión, eran ciento veinte. Si se incluyen los de Galilea, había quinientos, por lo menos (1 Corintios 15.6). Los ciento veinte perseveraron en oración mientras esperaban con expectación diaria al Espíritu prometido. Durante los días de espera, por sugerencia de Pedro, la vacante que había en el apostolado, causada por el suicidio de Judas, fue llenada por la elección de Matías; siendo uno de los requisitos esenciales para ser apóstol, que tuviera, en lo personal, conocimiento que le facultara para dar testimonio de la resurrección de Cristo (Hechos
1.21–22; 1 Corintios 9.1). 

2. El Bautismo del Espíritu Santo.
a. —El tiempo y los eventos que le acompañaron— El sufrimiento de Cristo se dio durante la Pascua: el Espíritu vino cincuenta días después, el día de Pentecostés, la segunda de las grandes fiestas anuales. Éste vino acompañado de eventos que apelaron a los ojos y a los oídos —un sonido, como el de un viento recio que soplaba, pero que no era viento; lenguas, como de fuego, pero que no eran fuego.
b. Sus efectos en los discípulos. — Sus efectos en los doce fueron instantáneos, poderosos, transformantes: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les daba que hablasen”. Pero el discernimiento sobrenatural y el poder, no fueron los únicos efectos. Fueron transformados moralmente. De ahora en adelante no habría concepciones carnales del reino, ni indecorosas disputas por los lugares principales en éste.
c. Su valor como evidencia.— Jesús había relacionado la venida del Consolador con su regreso al Padre (Juan 15.26–27; 16.7; cf. 7.39; Hechos 2.33).
Lo sucedido el día de Pentecostés fue la respuesta del cielo al rechazo que la tierra hizo de su Señor; una notificación pública de que la corona de las espinas habían sido cambiadas por una corona de gloria; corona que era prueba del pecado de la nación y de la condición de Mesías de Jesús.
d. Efectos en la multitud.— Para asombro de miles que instantáneamente se reunieron alrededor de los apóstoles, el bautismo del Espíritu Santo vino con poder para compungir y convertir; indirecta, claro está, pero eficazmente, a través del evangelio, según éste salía de labios de Pedro.
3. El sermón de Pedro; resultados. Pedro es el portavoz; sus oyentes, los judíos, nacidos en muchas tierras diferentes. Después de una introducción, con el fin de mitigar el prejuicio, pasa de seguido a probar que Jesús es el Cristo, lo cual hace por medio de recordarles 1) sus bien conocidas obras; 2) su muerte, la cual fue el plan de Dios, inconscientemente ejecutado por hombres inicuos; 3) por su resurrección, la cual fue anunciada por los profetas, y de la cual daban testimonio los apóstoles; 4) Su exaltación a la mano derecha del Padre, predicha por los profetas y confirmada por el milagro pentecostal. Los resultados fueron: 1) una convicción que compungió; “se compungieron de corazón”;2) una pregunta: “… ¿qué haremos?”; 3) una llana respuesta: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”;4) obediencia al instante; “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron
aquel día como tres mil personas”; 5) Perseverancia constante “en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.
Podemos llamarle al día de Pentecostés: “el día del nacimiento de la iglesia”.

II. EL CRECIMIENTO DE LA IGLESIA EN JERUSALÉN (Hechos 3—7)
1. La primera persecución por parte de los judíos. Poco después de Pentecostés, Pedro y Juan sanaron a un cojo a la entrada del templo. La vasta muchedumbre que se reunió, le dio a Pedro una oportunidad para continuar la obra iniciada en Pentecostés. Su discurso fue interrumpido por los saduceos, para quienes la predicación sobre la resurrección les resultaba particularmente molesta; los dos apóstoles fueron encarcelados. El efecto del discurso de Pedro, no obstante, fue que aumentó el número de los discípulos a cinco mil. Al día siguiente Pedro y Juan fueron traídos ante el concilio, el cual estaba conformado principalmente por saduceos, y fueron cuestionados acerca del poder, por el cual ellos habían hecho el milagro. Ellos, con toda valentía, reconocieron que fue por el poder de Jesús, y con la misma valentía declararon a sus jueces, que en ningún otro nombre había salvación. Las autoridades no podían negar el milagro, y, contentándose con amenazarlos, dejaron ir a los apóstoles.
2. Peligros desde adentro; Ananías y Safira. La iglesia de Jerusalén provee un ejemplo de la compasión cristiana (Hechos 2.44–45; 4.34–37). No era obligatoria (Hechos 5.3–4), pero sí totalmente espontánea. Tampoco era universal, ni permanente; su forma perteneció sólo a la iglesia de Jerusalén, aunque su espíritu caracterizó a la totalidad de la iglesia apostólica. Ananías y Safira hicieron entrega de una parte de sus posesiones a los apóstoles, pero fueron movidos a hacer tal, por una siniestra motivación. El haber sido expuestos prontamente por Pedro, y la instantánea muerte de ellos a los pies de éste, llenó a toda la iglesia de asombro. Este ejemplo permanece en el umbral mismo de la nueva comunidad como un monumento en contra de la hipocresía en la religión. Es un hecho digno de notar el que la primera muerte entre los doce fue la de un traidor y suicida, y las primeras muertes en la iglesia apostólica fueran las de unos hipócritas y mentirosos.
3. La segunda persecución judía. El efecto del juicio sobre Ananías y Safira, así como el de toda justa disciplina, fue que incrementó el poder del evangelio. El concilio, alarmado e indignado, echó a todos los apóstoles a la cárcel. Dios tenía más trabajo para ellos; y su ángel abrió la puerta de la prisión y los envió nuevamente al templo a predicar. Perplejos por el misterioso escape, los gobernantes los volvieron a traer ante el concilio. Los apóstoles les declararon el propósito de ellos, de obedecer a Dios, antes que a los hombres; y el concilio fue detenido de tomar medidas violentas, sólo por el consejo de Gamaliel: “… si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir”. Gamaliel era un fariseo, el maestro de Pablo (Hechos 22.3). Los fariseos parecen no haber tomado un papel activo en estas persecuciones del comienzo.
4. La primera división del trabajo. La iglesia rápidamente se hizo cosmopolita. La variada audiencia de Pedro, el día de Pentecostés (Hechos 2.8–11), pronto llegó a tener su contraparte en la iglesia. Los que eran de sangre judía, nacidos en tierras fuera de Palestina, eran llamados helenistas, o “judíos de origen griego”. Ellos, a menudo, aparecen en Hechos, en contraste con los “hebreos”, o judíos de origen palestino. Ciertos celos entre las dos clases se convirtieron en la ocasión para la primera división del trabajo. La organización de la iglesia fue una evolución. Los apóstoles, al comienzo, ocupaban todos los puestos. Para aliviar los celos que estaban creciendo por causa de la distribución diaria de los alimentos, por recomendación de los apóstoles, la congregación eligió a siete hombres, todos con nombres griegos, para asistir en las labores. De esta forma el oficio de diácono surgió. Los apóstoles pudieron así entregarse totalmente a la oración y al ministerio de la palabra. El efecto beneficioso se vio en victorias todavía mayores para el evangelio, y en muchos sacerdotes que llegaron a ser obedientes a la fe.
5. El primer mártir cristiano (6.8—7.60). La iglesia había elegido con más acierto que conocimiento. Esteban, uno de los siete diáconos, comenzó a alimentar viudas helenistas; pero no pasó mucho tiempo, antes de que se encontrara partiendo el pan de Vida dentro de sinagogas helenistas. Hasta este punto, los discípulos serían considerados, aun por los mismos judíos, como una secta peculiar de judíos. No se tenía idea clara de ampliar el círculo para incluir gentiles. Pero Esteban, evidentemente, comenzó a considerar la posibilidad de abolir el judaísmo. Esto tocó a todos los judíos en un punto en el cual eran sensibles. Los helenistas, derrotados en argumentos, recurrieron a la persecución. Y ahora los fariseos se pusieron activos. En la segunda persecución, Gamaliel, el fariseo, aparece como el protector de Pedro; en la tercera, su discípulo, Pablo, como el perseguidor de Esteban. Y sucedió que Esteban, el más progresivo espíritu de la iglesia de Jerusalén, cayó como el primer mártir cristiano. En el espíritu de su Señor, muere con la oración: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. La iglesia perdió a Esteban, pero pronto ganó a Pablo; y podemos decir junto con San Agustín,

Las parábolas de Jesús
…………………………………………………..  ..Mateo……… Marcos……...  Lucas
La lámpara debajo del almud. . . . . . . . . . . . . …… 5.14-15 …......4.21-22............ 8.16; 11.33
Un edificador insensato y otro sabio. . . . . . . ……. 7.24-27….……………..…… 6.47-49
Los remiendos de paño nuevo y de paño viejo…….9.16….……...2.21…………. 5.36
Los odres nuevos y viejos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9.17….…….. 2.22…………. 5.37-38
El sembrador y los tipos de suelo. . . . . . . . . . . . .  13.3-8,18-23... 4.3-8, 14-20.... 8.5-8,11-15
La cizaña. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13.24-30, 36-43
La semilla de mostaza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  13.31-32…….. 4.30-32…….. 13.18-19
La levadura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .13.33………………………... 13.20-21
El tesoro escondido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... .13.44
La perla de gran precio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ....13.45-46
La red. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... 13.47-50
El padre de familia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . 13.52
La oveja perdida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18.12-14…………………….. 15.4-7
El siervo que no tuvo misericordia. . . . . . . . . . . . . 18.23-34
Los obreros de la viña. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20.1-16
El padre y los dos hijos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21.28-32
Los labradores malvados. . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . 21.33-44…….. 12.1-11……… 20.9-18
Las bodas del hijo del rey. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22.2-14
Las hojas de la higuera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24.32-35………13.28-29…….. 21.29-31
El siervo fiel y el siervo malo. . . . . .. . . . . . . . . . .. 24.45-52……............................ 12.42-48
Las diez vírgenes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  25.1-13
Los talentos (las minas). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  25.14-30…….............................19.12-27
Las ovejas y los cabritos. . . . . . . . .  . . . . . . . . . . . .25.31-46
La semilla que crece. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4.26-29
Los siervos que velan. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .13.35-37…….. 12.35-40
Los dos deudores . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.41-43
El buen samaritano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10.30-37
El amigo que viene a medianoche con necesidad . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 11.5-8
El rico insensato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12.16-21
La higuera estéril. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13.6-9
El último lugar en la fiesta de bodas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .14.7-14
La gran cena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .  14.16-24
El costo del discipulado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . .14.28-33
La moneda perdida. . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . . .15.8-10
El hijo pródigo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . …. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15.11-32
El mayordomo infiel. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16.1-8
El hombre rico y Lázaro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . . . . . . . . . . . . . . .16.19-31
El amo y su siervo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .17.7-10
La viuda importunadora (persistente) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18.2-8
El fariseo y el publicano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  . . . . . . . . . . .18.10-14




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