miércoles, 3 de junio de 2009

¿DISCULPAME NO TUBE LA CULPA?

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¿DISCULPAME NO TUBE LA CULPA?

DISCULPAR (un pequeño estudio)
hablarse a uno mismo fuera de; de ahí, defenderse, y por ello, en general: (a) defenderse, como delante de un tribunal (Ro 2.15: «defendiéndoles», significa uno excusando a otros, no a sí mismo);

la frase precedente, traducida en la VM como «uno con otro», significa una persona con otra, no, como traducen las revisiones de Reina-Valera como de un pensamiento con otro; se podría parafrasear de la siguiente manera: «Sus pensamientos los unos con los otros, condenándose, o excusándose los unos a los otros»; la conciencia provee una norma moral por la que los hombres se juzgan mutuamente; (b) disculparse (2 Co 12.19: «nos disculpamos»). Véanse ALEGAR, DEFENDER, DEFENSA, HABLAR, RESPONDER.

Cuando estaba en la escuela secundaria de mi país (estudios medios superiores) llegue a pasar mal varias materias, de lo que estudiaba y lo primero que decía es, la maestra no me quiere por eso me reprobó, que fácil era culpar a alguien verdad, y por eso digo que en algún momento de nuestra vida, alguna ves llegamos a decir discúlpame, aun que no tengamos culpa de verdad, todos los días pasamos, diferentes momentos de duda, de lo acontecido en un nuestra escuela, trabajo, transporte, hogar en fin donde estemos pasamos por esta situación e inclusive llegamos a culpar a alguien, para quitarnos ese temor por el que pasamos, sin ver que consecuencias estaremos viviendo después, pero es difícil decir lo siento, perdóname, se que me equivoque, ¿hasta donde podríamos llegar a ser responsables de nuestros actos? En el libro de Génesis encontramos la primer, irresponsabilidad de echar la culpa.

Génesis 3:11
Cuando Dios le preguntó a Adán sobre su pecado, Adán culpó a Eva. Luego Eva culpó a la serpiente. Cuán fácil es disculpar nuestros pecados culpando a otra persona o a las circunstancias. Pero Dios sabe la verdad. Y Él nos hace responsables a cada uno de nosotros por lo que hacemos (véase 3.14–19). Admita su pecado y pida disculpas a Dios. No trate de escapar de su pecado culpando a otro.

Génesis 3:24
Así es como Adán y Eva rompieron su relación con Dios: (1) llegaron a estar convencidos de que su camino era mejor que el de Dios; (2) se cohibieron y se escondieron; (3) trataron de disculparse y defenderse. Para construir una relación con Dios debemos revertir esos pasos: (1) abandonar las disculpas y la autodefensa; (2) dejar de escondernos de Dios; (3) convencernos de que el camino de Dios es mejor que el nuestro.

Números 5:5
Dios incluyó la restitución como parte de su ley para Israel, un concepto único en esos días. Cuando alguien había sido asaltado, el culpable tenía que restituirle a la víctima lo que le había sido robado y pagar una multa adicional por los intereses. Cuando dañamos a otros, debemos hacer más que simplemente pedir disculpas. Deberíamos buscar la manera de componer las cosas y, si fuera posible, dejar a la víctima aun mejor de lo que estaba antes del incidente. Si hemos sido nosotros las víctimas de algún daño, debemos buscar restaurar la paz, en lugar de dar rienda suelta a una venganza.
A qui tenemos un ejemplo:


2 Samuel 10:4
Debido a que Hanún siguió un mal consejo, sospechó de los motivos de los embajadores y los humilló. Se dio cuenta de que David estaba enojado e inmediatamente formó sus fuerzas para la batalla. Debió haber pensado más cuidadosamente sobre ese consejo, pero aunque no lo hubiera admitido, debió haber intentado negociar con David. En cambio, se negó a admitir cualquier falta, y se alistó para la guerra. A menudo respondemos con ira, y a la defensiva, en vez de admitir que hemos cometido un error, pedir disculpas y tratar de disipar la ira de la otra persona. En lugar de pelear debemos estar dispuestos a buscar la paz.

Proverbios 24:17
7Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes,
Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón;

Colosenses 3:12-14
12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo;

RECONCILIACIÓN Restablecimiento de la amistad del hombre con Dios, pues entre ambos reinaba la enemistad; y, más que el establecimiento de buenas relaciones en general, es la eliminación de un profundo desacuerdo. El hombre por su pecado se encontraba alejado de Dios; pero en la persona de su Hijo, Dios mismo ofreció el camino hacia la reconciliación.
Según la enseñanza paulina, la reconciliación es una muestra del amor de Dios y un estado presente (Ro 5.10); se recibe a través del Señor Jesucristo (v. 11). La exclusión temporal de los judíos del plan de Dios provocó la reconciliación del mundo gentil (Ro 11.15; 2 Co 5.18); Dios, estando en Cristo, reconcilió al mundo consigo mismo (v. 19). La acción espontánea de Dios anula la enemistad que mantiene al hombre separado de su Creador, y la creación de una naturaleza redimida dentro del hombre capacita a este para llevar una vida de comunión y amor con Dios (Ro 5.11).
Pablo resume el plan redentor de Dios en «la palabra de la reconciliación» (2 Co 5.19), la cual ha sido encomendada a los cristianos para su proclamación a todas las personas.
«Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados».
Así que decide ser un victorioso y saber pedir disculpas o perdón, solo da el primer paso y se un victorioso en el nombre de Jesús recuerda que Dios siempre te amara y será tu amigo por toda la eternidad, eres bienvenido a ser un hijo de Dios.

Dios te bendiga y fortalezca

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