SIEMPRE, POR SIEMPRE, PASO LO QUE PASE
No hay amistad ni amor como el de una madre por su hijo.
Henry Ward Beecher
Nuestra hija Ariana paso de ser un bebe a ser una niñita, y como todas, solÃa golpearse y rasparse las rodillas cuando jugaba. En estas ocasiones, extendÃa mis brazos y le decÃa “Ven a verme”.
Cuando trepaba en mi regazo, la mimaba y le preguntaba “¿Eres mi niñita?” En medio de sus lagrimas, asentÃa. “¿Mi linda niñita Ariana?” AsentÃa esta vez con una sonrisa.
Por ultimo, le decÃa: “¡Y te amo siempre, por siempre, pase lo que pase!” Con una risita y un abrazo partÃa preparada para su próximo reto.
Ariana ahora tiene cuatro años y medio. Hemos continuado jugando a “Ven a verme” cuando se raspa las rodillas o hieren sus sentimientos, para los “buenos dÃas” y las “buenas noches”.
Hace unas pocas semanas tuve “uno de aquellos dÃas”. Estaba fatigada, de mal humor y agotada de cuidar una niña de cuatro años y dos muchachos adolescentes y un negocio en casa. Cada llamada telefónica o llamada a la puerta significaba trabajo para un dÃa entero, que debÃa ser despachado ¡de inmediato! En la tarde ya no pude soportarlo y me marche a mi habitación para llorar a mis anchas.
Ariana pronto se me acerco y me dijo: “Ven a verme”. Se acostó a mi lado, coloco sus suaves manitas en mis mejillas húmedas y pregunto, “¿Eres mi mamita?” entre lagrimas, asentÃ. “¿Mi linda mamita?” AsentÃ, y sonreÃ. “¡Y te amo siempre, por siempre, pase lo que pase!” Con una risita y un fuerte abrazo, partà preparada a afrontar mi próximo reto.
Fuente: Jeanette Lisefski. Sopa de Pollo para El Alma de la Madre
Salmos 54:4 He aquÃ, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida.
Ariana ahora tiene cuatro años y medio. Hemos continuado jugando a “Ven a verme” cuando se raspa las rodillas o hieren sus sentimientos, para los “buenos dÃas” y las “buenas noches”.
Hace unas pocas semanas tuve “uno de aquellos dÃas”. Estaba fatigada, de mal humor y agotada de cuidar una niña de cuatro años y dos muchachos adolescentes y un negocio en casa. Cada llamada telefónica o llamada a la puerta significaba trabajo para un dÃa entero, que debÃa ser despachado ¡de inmediato! En la tarde ya no pude soportarlo y me marche a mi habitación para llorar a mis anchas.
Ariana pronto se me acerco y me dijo: “Ven a verme”. Se acostó a mi lado, coloco sus suaves manitas en mis mejillas húmedas y pregunto, “¿Eres mi mamita?” entre lagrimas, asentÃ. “¿Mi linda mamita?” AsentÃ, y sonreÃ. “¡Y te amo siempre, por siempre, pase lo que pase!” Con una risita y un fuerte abrazo, partà preparada a afrontar mi próximo reto.
Fuente: Jeanette Lisefski. Sopa de Pollo para El Alma de la Madre
Salmos 54:4 He aquÃ, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida.
No Response to "SIEMPRE, POR SIEMPRE, PASO LO QUE PASE"
Publicar un comentario