jueves, 4 de junio de 2009

MARTA

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MARTA
Muchos hermanos mayores tienen la tendencia irritante de querer mandar, hábito que se desarrolla a través del crecimiento. Podemos notarlo en Marta, la hermana mayor de María y Lázaro.

Acostumbraba imponer su autoridad. El hecho de que se recuerden a Marta, María y Lázaro por su hospitalidad tiene mayor significado cuando notamos que este era un requisito social en la cultura judía de ese tiempo. Se consideraba vergonzoso cerrar la puerta a alguien. Al parecer, esta familia cumplía muy bien con esto.
A Marta le preocupaban los detalles. Le encantaba agradar, servir, hacer las cosas bien, pero muchas veces hacía que la gente que la rodeaba se sintiera incómoda. Tal vez, al ser la mayor, temía la afrenta si su hogar no satisfacía las expectativas. Procuraba hacer todo lo que le era posible para evitarlo. Como resultado, le era difícil descansar y disfrutar de la presencia de sus invitados. Incluso le fue difícil aceptar la falta de cooperación de su hermana María en todos los preparativos. Sus sentimientos eran tan intensos que, al final, pidió a Jesús que interviniera en el asunto. Él, con amabilidad, corrigió su actitud y le mostró que si bien es cierto que sus prioridades eran buenas, no eran las mejores. Era más importante prestar atención a los visitantes que lo que tratara de hacer por ellos.
Más tarde, después de la muerte de su hermano Lázaro, Marta apenas pudo contenerse. Cuando oyó que Jesús al fin venía, corrió a su encuentro y le expresó su conflicto interno de insatisfacción y esperanza. Jesús señaló que su esperanza era muy limitada. Él no solo era Señor más allá de la muerte, sino sobre la muerte. ¡Él era la resurrección y la vida! Momentos más tarde, Marta una vez más habló sin pensar, señalando que un cuerpo después de cuatro días de fallecido estaba en camino a la descomposición. Algunas veces su preocupación por los detalles no le permitía ver el cuadro completo. Pero Jesús actuó con suma paciencia con ella.
En nuestro último cuadro de Marta la hallamos una vez más sirviendo una cena a Jesús y a sus discípulos. Nunca dejaba de servir. Pero esta vez la Biblia narra su silencio. Empezaba a aprender lo que su hermana menor ya sabía: la adoración empieza callando y escuchando.
Puntos fuertes y logros:
• Un ama de casa hospitalaria
• Creía en Jesús con fe creciente
• Tenía el deseo ferviente de hacer bien las cosas
Debilidades y errores:
• Esperar que todos estén de acuerdo con sus prioridades
• Le preocupaban mucho los detalles
• Tendía a autocondolerse cuando sus esfuerzos no se reconocían
• Limitó los poderes de Jesús a esta vida
Lecciones de su vida:
• Permitir que los detalles nos atrapen puede motivarnos a olvidar las razones principales por las que actuamos
• Hay un tiempo apropiado para escuchar a Jesús y otro para trabajar por Él
Datos generales:
• Dónde: Betania
• Familiares: Hermana: María. Hermano: Lázaro
Versículo clave:
«Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile pues que me ayude» (Lucas 10.40).
La historia de Marta se narra en Lucas 10.38–42 y Juan 11.17–45.

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