miércoles, 24 de agosto de 2011

¿QUIERES SER SALVO?

0



¿Quieres ser salvo? Este es el Plan de Dios:

Amigo(a):

¿Alguna vez te has preguntado si eres salvo? Pero… Salvo ¿de que?

Si nunca te has preguntado esto, o no tienes idea de que estamos hablando, te invito a que lo hagas y leas este articulo con mucha atención, claro, todo esto si es que crees que la Biblia es la Palabra de Dios.

Del tema que estamos hablando es acerca de la salvación del alma, es decir, que podamos ser salvos de una eternidad en constante sufrimiento, y que al contrario de eso, podamos disfrutar de una vida eterna llena de gozo con Cristo.


A lo mejor lo de la salvación del alma no te interesa, o a quizá crees que con la vida que has llevado hasta ahora te vas a salvar y vas a obtener la vida eterna… pero pensándolo bien, creo que este es un tema demasiado importante y delicado como para dejarlo al azar o a las creencias individuales… después de todo ¡se trata de nuestra eternidad! Por eso te invito a que veamos a través de la Biblia de que se trata esto de la salvación, ¿OK?

Veamos…

1.- El gran problema

El hombre desde que le desobedeció a Dios en el jardín del Edén, siempre ha tenido un problema con Dios, el cual se llama pecado. El pecado es un muro que separa al hombre de Dios:

“pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” (Isaías 59:2)

Y ahora viene lo realmente problemático, ya que si cometo un simple pecado ya tengo una recompensa: la muerte.

“Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23)

Entonces si yo peco, voy a morir… pero si de todos modos, ¡todos vamos a morir algún día! Pero de lo que se está hablando aquí es mas bien de otra muerte, se le conoce en la Biblia como “La muerte segunda” o infierno:

“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Apocalipsis 21:8)

Lo malo de todo esto, es que todos nosotros tenemos algún tipo de pecado. Ningún hombre o mujer podría decir: “Yo nunca he pecado”. ¿Has mentido alguna vez? Pues ya estas en la lista…

De esta manera, si todos hemos pecado, estamos todos perdidos.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)

Ah! Pero si yo no bebo, no fumo, no he matado a nadie… de hecho tengo una religión ¿Cómo Dios me va a mandar al infierno si soy una “buena persona”? Al contrario, son los homicidas y la gente mala los que se merecen ir al infierno…

Ante los ojos de los hombres podremos ser buenos, pero ¿que opina Dios de nosotros?

“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”(Romanos 3:10-12)

Se concluye que el gran problema que tenemos los seres humanos, es que somos pecadores, y como tales, Dios no nos recibirá en su reino, sino que antes estamos todos destituidos de su gloria y nuestro destino es el lago de fuego.

Pero no todo está dicho… hace tiempo surgió una puerta de salvación…

2.- La gran solución

Ante el gran problema que nos condenaba al infierno, surgió una Buena Nueva o buena noticia, la cual es el Evangelio de Jesucristo.

La solución consiste en lo siguiente:

Como la paga del pecado es muerte – tanto para “buenos” como para “malos” - y con el fin de que ninguno de nosotros tuviésemos que pagar este precio, Jesús (el Hijo de Dios) fue entregado para morir en la cruz para pagar por todos nosotros, para así poder quedar libres de pagar esta deuda:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Dios amó tanto a su creación (Tú y todos nosotros) que entregó a su Hijo para venir a morir en lugar de nosotros y saldar la deuda de muerte que ocasionamos con nuestros pecados.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8)

¿Lo ves? Cristo te ama tanto que hasta dio su propia vida por ti, para salvarte.

Por esta razón Dios es amor: porque te da la posibilidad de salvarte entregando a su Hijo unigénito, NO porque vaya a dejar pasar a todo el mundo “al cielo” como creen muchos… ¡NO te equivoques!

Pero entonces, ¿todos somos salvos?

No, esto no es todo. La salvación no es automática, porque para que este pago que hizo Cristo en la cruz se haga efectivo en ti, antes debes aceptar a Jesucristo para que sea tu Señor y Salvador personal, así como se indica a continuación...

3.- Acepta a Jesucristo y obtiene la vida eterna ahora

Haz una oración teniendo en cuenta lo siguiente:

1.Confiesa que eres un pecador y pídele al Señor que te perdone de todos tus pecados.

“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. “ (Proverbios 28:13)

2. Pídele a Jesús que venga a morar a tu corazón, para que te salve y controle todo tu ser y así seas un hijo de Dios.

“Mas a todos los que le recibieron [a Jesús], a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)

3. Confiesa y declara con tu boca que Jesús es el Señor y Salvador de tu vida.

“Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:8-10)

4. Dale gracias al Señor por este regalo de vida eterna que acabas de recibir.

Ahora levántate, y bautízate para el perdón de tus pecados. Para ello busca una Iglesia cristiana, cuya principal autoridad sea La Biblia por sobre todas las cosas. Para simplificarte la tarea, no pierdas el tiempo buscando en iglesias que no sean del tipo “evangélicas”, ya que éstas últimas son las que más se apegan a la Biblia, salvo unas cuantas excepciones, ya que muchos se ponen el cartel de “evangélico” y son verdaderos hechiceros.

Una vez dentro de la Iglesia, ponte a disposición del Pastor que Dios tiene en ese lugar y manifiéstale tu inmediato interés por bautizarte.

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Marcos 16:16)

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38)

Si has creído a La Biblia y has orado para que Jesús sea tu Señor y Salvador, entonces ¡felicitaciones! ¡Ya eres salvo!

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” (1Juan 5:13)

Ahora solamente unas cuantas recomendaciones para que puedas sobrevivir en esta nueva vida como cristiano(a).

Consejos:

1. Practica la comunicación con Dios a través de la oración.

“Orad sin cesar” (1Tesalonicenses 5:17)

2. Lee la Biblia con regularidad. Es una buena idea leerla completamente desde Génesis a Apocalipsis en el transcurso de un año o más.

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39)

3. Participa activamente en la Iglesia, no te dejes estar, ¡no dejes que se enfríe tu espíritu!

“no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre” (Hebreos 10:25)

4. ¡Se perseverante! El que no es capaz a sobreponerse a los diversos problemas y conflictos no alcanzará la vida eterna, ya que éste regalo se puede perder si lo descuidamos.

“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” (Mateo 24:13)

Leer más

PALABRA VIVA

0



El mensaje de la Biblia

La Biblia contiene un mensaje muy importante para ti. Dios te ama, te está buscando para transformar tu vida y establecer una relación personal contigo. Dios desea hacerte feliz, Él conoce tu vida y tiene la respuesta a todas tus necesidades.

Para que esto suceda, tienes que entender lo siguiente: todos los hombres venimos a esta vida a tomar una decisión de valor eterno. De esta decisión depende dónde pasaremos la eternidad. Dios confirma en su Palabra que sólo hay dos lugares a dónde ir: el cielo o el infierno. Quiero preguntarte: ¿Qué pasaría si murieras hoy? ¿En dónde abrirías tus ojos?


Dios dice que para ir al cielo, tienes que nacer de nuevo. Jesús le dijo a Nicodemo: "Os es necesario nacer de nuevo", Juan 3:7. El creador explica en la Biblia cómo nacer de nuevo, cómo salvarse. Es muy sencillo y tú puedes salvarte hoy. ¿Cómo?

Antes que nada, debes reconocer que has pecado. Dios creó al hombre por amor y lo creó perfecto. Le dio el don de la libertad y la Biblia enseña que el hombre ejerció esta libertad apartándose de su Creador el día que pecó. Dios dice que "por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios", Romanos 3:23. Tus pecados te impiden tener una relación personal con un Dios justo y perfecto. La Biblia afirma que "la paga del pecado es muerte", Romanos 6:23. Esta muerte incluye una separación de Dios para siempre en el infierno. "Así está establecido para todos los hombres que mueran una sola vez, y después de esto, el juicio", Hebreos 9:27. Esta verdad es horrible, el infierno es real, pero es exactamente la razón por la que Cristo vino a morir por nosotros.

Dios, al contemplar este destino eterno, decidió amarte de tal manera que dio a su Hijo Jesucristo, para que muriera como tu sustituto. Él vivió la vida perfecta que debiste haber llevado, pagó por tus pecados en la cruz y murió en tu lugar, "Al que no conoció pecado [Jesús], por nosotros Dios lo hizo pecado, para que nosotros quedáramos justificados delante de Dios", 2 Corintios 5:21. Nuestra mente no alcanza a comprender cómo es que Jesús fue juzgado y castigado por nuestras faltas, pero Dios así lo afirma en su Palabra: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros", Romanos 5:8. Esto es verdad y Dios no puede mentir.

Amigo mío, "Dios. . .ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan", Hechos 17:30. Este arrepentimiento es un cambio de mente que Dios mismo produce y gratuitamente te otorga. Sólo debes reconocer delante de Él que eres pecador, pedirle perdón por lo que has hecho, apropiar el pago que hizo por ti en la cruz y estar dispuesto a que Él cambie tu vida. Él es el que lleva a cabo este milagro, tú tan solo lo debes aceptar. El carcelero de Filipos preguntó a Pablo y Silas: "¿qué debo hacer para salvarme? Ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo", Hechos 16:30-31. La Biblia explica que creer en Cristo es recibir y aceptar lo que Él hizo por nosotros.

Ninguna religión ni ninguna obra puede salvarte. No olvides, Dios es el que salva y Cristo el que murió por ti. La salvación es un regalo que tan solo debes apropiar, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es un regalo de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe", Efesios 2:8-9.

Con la libertad que Dios te dio, tú puedes tomar la decisión de aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador. La Biblia dice que debes invocarlo acercándote a Dios y pidiéndole que te salve. "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo", Romanos 10:13. Quizá pienses que esto no puede ser tan fácil, pero sí lo es, la Palabra de Dios lo afirma. Este es el gran regalo del Creador para el hombre. Amigo mío, cree en Jesús y recíbelo hoy como tu Salvador. "He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación", 2 Corintios 6:2.

Jesús dijo: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo", Apocalipsis 3:20. Jesús está a la puerta de tu corazón llamando, y espera que lo dejes entrar. Esta es la decisión de valor eterno que debes tomar.

Ahora mismo, dondequiera que estés, dirígete a Dios, y CON TUS PROPIAS PALABRAS ora así: "Dios, perdóname por los pecados que he cometido; estoy arrepentido. Acepto el pago que hiciste por mis faltas en la cruz y te pido que me salves. Señor Jesús, te pido que entres a morar en mi corazón para siempre y transformes mi vida. Te acepto como mi Salvador personal y quiero que seas mi Señor. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén"

Si le pediste a Dios que te salvara, Jesús ya vive en tu corazón, "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios", Juan 1:12. A partir de este momento Él comenzará a transformar tu vida, "si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas", 2 Corintios 5:17. A medida que Jesús vaya cambiando los aspectos equivocados de tu vida, confirmarás la presencia de Dios en tu corazón. éste es el nuevo nacimiento del que habló Jesús con Nicodemo.

Si estos conceptos no están claros, léelos varias veces. Pide a Dios que te ayude a comprenderlos y no deseches este mensaje hasta que lo entiendas y esta salvación sea tuya. Tu alma es eterna y es tu más grande posesión, no permitas que se pierda. "Porque, ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?", Marcos 8:36. Asegúrate de ser salvo. Si pierdes tu alma, perderás el cielo y lo perderás todo. Permite que Dios te salve en este momento.

No confíes en tus sentimientos, pues éstos cambian; afírmate en las promesas de Dios, las cuales nunca cambian. Ahora que has invitado a Cristo a tu corazón, hay tres cosas fundamentales que tienes que practicar diariamente: Ora, pues de esta manera empezarás a hablar con Dios. Lee la Biblia, pues esto le permitirá a Dios hablar contigo. Y comparte esta salvación que has recibido con todos los que tengas oportunidad. "A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos", Mateo 10:32. Haciendo esto, crecerás espiritualmente en esta nueva relación que has iniciado con Dios. Que Dios te bendiga.

www.elMensajedelaBiblia.org

Leer más